Capítulo 7

230 26 0
                                    

Me despertó una voz, era de mi madre.

- ¡Hijo!, ¡despierta! -Decía, casi llorando-

Parecía muy preocupada

- ¿Q-que ocurre? -Dije tartamudeando, hace tiempo no me sentía así de extraño... Me sentía eufórico-

- ¡Que bueno que estás bien! -Dijo mientras me abrazaba-

- ¿Eh? -Exclamé, sin entender nada-

- Te dormiste...

- ¡Mierda! Lo siento madre, no pude controlarlo

- Lo sé, todo. En el camino, llegando a casa, me topé con nuestro farmacéutico "Favorito" -Hizo comillas con los dedos.- y me dijo que le pediste los medicamentos para no dormirte y que no te los dio porque no tenían.

- Ya veo... Mejor que sepas la historia entonces, me ahorra tiempo -Dije agarrándome la cabeza.-

- Vayamos a lo importante -Dijo ella.- ¿Te lastimaste esta vez?

- Em, ¿Sabes algo madre? Ve al living, ya tengo 16, ya puedo fijarme yo mismo a dónde me lastimé, yo te llamo si encuentro algo extraño

- De acuerdo, tienes razón -Dijo, saliendo de la habitación-

Esto era extraño, me sentía eufórico y no recordaba lo que Abby había soñado o pensado... Es la primera vez que me pasa algo así

Como sea, mejor empiezo fijándome si tengo lastimaduras en la cara

A ver...

Que extraño, no tengo lastimaduras aquí -Dije mientras me miraba al espejo-

A ver aquí... -Me dije mientras me sacaba la camisa-

Nada...

¿Me habrá pasado más abajo? -Exclamé mientras me ponía la camisa y me sacaba el pantalón-

Mis piernas están impecablemente sanas y sin lastimaduras -Pensé.-

¿Los pies?

Tampoco.

Tal vez solo no tuvo pesadillas... Esto si que fue suerte

Me vestí completamente y bajé al living, dónde estaba mi madre

- ¿Y entonces? -Me preguntó.-

- No, no tengo en ningún lado efectos secundarios

- Que extraño -Dijo haciendo una cara de inseguridad.-

- Yo dije lo mismo -Respondí.-

- Pues, toma hijo -Me ofreció los medicamentos que no encontraba.- Por suerte tenía en mi cartera

Me quedé mirándola fijo mientras me los daba

- ¿Ocurre algo? -Me preguntó.-

Entonces se me ocurrió una idea...

- Madre... Conservalos hoy

-¿¡QUE!? -Me gritó- ¡Los necesitas! ¡Es tu medicamento diario!

- ¿Que hora es? -Le pregunté, casi susurrando-

- ¡No me cambies de tema! Toma tus medicamentos hijo. -Sus gritos cambiaron a un tono firme.-

- Madre, confía en mí -Hice una pausa.- ¿Que hora es?

- Las 5 de la madrugada -Respondió, de nuevo con su tono inseguro-

- ¿Osea que dormí como 12 horas? Estupendo.

- Félix, no sé en que estás pensando, pero ten cuidado por favor

- Lo tendré madre, tranquila -Exclamé, intentando calmarla-

Dentro de una hora y media saldría de mi casa para ir al colegio, hasta ahora todo esta saliendo de acuerdo al plan -Pensé.-

Insomnio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora