Julieta iba distraída por las calles, una vez mas.
Otro día de tramites...
Era la rutina de siempre... Los tramites mal hechos de su hermana sencillamente era un dolor de cabeza...
Mirian, era la hermana de Julieta... Casada, con dos hijos... últimamente le pedía favores...pero ¡a veces eran un verdadero fastidio!
Julieta entendía la situación de su hermana...pero tampoco era una mandadera.
Aprovecho su día no laboral para acomodarle la vida a Mirian.
Entra al banco, y entre el tumulto de gente choca con alguien...
-¡Auch, disculpa!
- ¡Tendrías que tener mas cuidado!. Dice una joven con acento agresivo.
-¡Dije "disculpa" ¿no has oído?.
Es que era un día agitado y la gente estaba cansada...
Una vez terminado eso en su lista, tendría que pedir turno al ortodoncista de Lucas, uno de los hijos de Mirian.
Cruzando la calle, casi es atropellada por un auto. Para su sorpresa, el dueño del vehículo era muy apuesto y no pudo evitar sentirse avergonzada...
-Tendrías que tener mas cuidado.
¡Esa frase de nuevo!
Pero a diferencia de la vez anterior, esta voz parecía mas serena.
Se trataba de Nicolas, un famoso empresario de la ciudad.
Nicolas era una persona muy fina... Perfumes importados, ropa de marca, mujeres a disposición cuando sea...
Increíblemente se sintió atrapado por los ojos de Julieta.
------------------------------------------------------------------------------------
Narra Nicolas
El día era una verdadera porquería es que ¿todo tendría que solucionarlo yo?
En verdad estoy rodeado de inútiles y fracasados...
Un momento... ¿que hace esta tonta? ¿No sabe cruzar la calle?
Okey, intentare lucir educado...
-Tendrías que tener mas cuidado.
Inesperadamente veo, unos ojos profundos y una cara preciosa... que me miran ¿me miran?
Si, me esta mirando...
-Disculpa, estoy apurada...¡Mil disculpas!. Dice la chica.
-Para la próxima mira bien antes de cruzar.
-Lo, lo haré. Titubea nerviosa.
Y se va....
¿quien era?... me parece conocida... ¡Genial, la puse nerviosa! Parece tímida...
Se alejaba caminando con un determinado compás...pero ¡que linda era!