"Hasta la ausencia de ella es algo que está conmigo".
Alberto Caeiro
Nunca ella hubiera imaginado que un caso semejante a este llegaría a sus manos. Una persona aparece muerta con extraños signos de violencia y a esto se le suma la declaración de aquel chico refiriéndose a "ellas". Sally acede en lo que parece una especie de recibidor decorado al estilo renacentista, era como si tras pasar por una simple puerta hubiera viajado en el tiempo. En el ala derecha de la sala una mujer joven estampa sellos sobre lo que parecen unos permisos mientras que sin levantar la vista pregunta:
- ¿Qué quiere?
-Venía para saber si podría reunirme con el gobernador.
- ¿La causa?-preguntó arqueando sin mayor interés la ceja.
-Es un tema que prefiero hablar con él en persona. Si es posible.
Aquella extraña mujer que respondía al nombre de Susan parecía no estar en el trabajo de sus sueños; cualquiera se daría cuenta de que aquel era el último lugar en el que ella desearía estar.
-No sé si estará muy ocupado ahora mismo. - contestó.
- ¿Puedes comprobarlo?- insistió Sally fingiendo una sonrisa. La mujer dejó a un lado los papeles y se levantó de su asiento de cuero. Llamó suavemente a la puerta, y tras esta se pudo escuchar un grave -Adelante. - Susan abrió la puerta y cedió el paso a Sally que con miedo avanzaba hacia delante de ella.
- Buenos días gobernador Siklein. Necesito hablar con usted de un asunto serio. - dijo con voz firme y decidida.
- Buenos días, dime Sally. Procede. Me estás asustando.
- ¿Hay algo que usted está ocultado al pueblo?
- ¿Por qué lo dice?-preguntó extrañado
- Marc, un marinero solitario ha aparecido muerto esta mañana en el puerto con extraños arañazos.
- ¿Cómo no se me ha informado de esto antes? No tenía ni idea. -contestó escandalizado.
- No me pida a mis explicaciones. Dígaselo a Leecius que está haciendo todo lo posible por encubrir algo.
-Llévame ahora mismo al lugar, por favor.
-Sí, gobernador.
Sally se fue de camino al puerto con la más que presencia del gobernador. Cuando llegaron vieron que cada vez había más gente y más incredulidad. Mientras Siklein intentaba por todos los medios tranquilizar al pueblo.
-Mantengan la calma, por favor. Desalojen la zona para poder estudiar lo sucedido.
La gente obedeció sin tener que insistir, unos policías que había acordonaron la zona.
Siklein cabreado se acercó a Leecius y le exigió que respondiera por qué no le había avisado de nada.
- ¿Me puede explicar por qué no se me ha informado de nada?
-No quería molestarle, además las elecciones están cerca y cuántos más votos me gane mejor. Perdone. -contestó y se giró.
Siklein lleno de rabia le tomó del hombro y le giró.
-Escuche, pero no sé si recuerda que yo tengo el poder de encarcelarle.
-Cállese por favor. -rio.-Recuerde que en cuanto salga elegido podré encarcelarle. No querrá que eso ocurra ¿Verdad?
-Queda oficialmente fuera del cuerpo de seguridad, en cuanto pueda quiero que deje la placa, el arma y demás en mi despacho.
- ¿Qué tal su mujer?
Siklein no contestó.
-Se fue con otro ¿Verdad? Normal. - añadió riendo de manera descarada.Sally observaba la escena enmudecida,2vio como Siklein apretó fuerte su puño e impactó sus nudillos en el tabique de Leecius que pronto empezó a sangrar , este se llevó la mano a la nariz y a duras penas contestó:
-Esto no quedará así, Sally, tú no te libras.
-No te preocupes Sally, está loco, pero no tanto. -intentó tranquilizarla Siklein.
-Gracias por atenderme, no sabía qué hacer.
-No des las gracias, me debo a mi puesto. -tras esto Siklein mostró una extraña mueca, como si de un amago de sonrisa se tratara y se examinó los nudillos que yacían morados y ensangrentados.- ¿Está bien? - preguntó Sally asustada. - ¿Le duele?
-A decir verdad me ha dolido más que ese descarado preguntase por mi esposa, pero supongo que el daño que hacen unas simples palabras es algo que no se puede apreciar; y mucho menos curar como los nudillos. Hasta pronto Sally, infórmame si sabes algo más u ocurre algo.
Siklein se alejó de la multitud y se sentó sobre un banco mientras observaba con atención sus heridas. Y fue en ese momento cuando se prometió a si mismo que aquella herida sería la última que Caroline le provocaría.
DOS AÑOS ATRÁS
Es quizá la ausencia, uno de los mayores dolores que una persona puede sentir. Pareciera como si algo fuera arrancado de su alma para siempre, y no se pudiera hacer nada, más que limitarte a ver como aquello que con tanto amor construiste y quisiste, se desvanece entre tus manos. Doloroso como levantarse cada día junto a la persona que quieres, y sentirla a años luz de ti. Doloroso como saber que con otra persona satisface sus placeres o en el caso más arduo; que es feliz con ella y no contigo. Sentimiento de impotencia que se emerge en tu interior y te apaga lentamente.
Caroline y Siklein eran esa clase de personas que parecen destinados a estar juntos. No obstante, ambos eran como si del diagrama de taiji se tratase. Siklein estaba completamente enamorado de ella; era un hombre fuerte y positivo-aunque su pasado fuera convulso-, siempre trataba de ayudar a todo aquel que lo necesitase, llegando incluso a veces a descuidarse a sí mismo, por dar todo al resto. Por el contrario, estaba Caroline. Era esa clase de chica que a pesar de todo lo bueno que le ocurría parecía no ser feliz. Era fría, pero con Siklein se sentía, a salvo.
Siklein notaba cada día como Caroline se alejaba más y más de él. Los besos y los abrazos cada vez eran más fríos. Una noche mientras Siklein dormía, escuchó como la puerta de su casa se cerraba y se levantó apresurado a mirar por la ventana. Ante él había un taxi parado frente a su casa y vio a su mujer acercándose a este maleta en mano. Caroline se giró observando por última vez su casa y tropezó torpemente con la fija mirada de su marido a través del cristal. Jamás unos ojos habían hablado así. Completamente inmóvil quedó mientras veía como la persona a la que amaba se iba, y comprendió en ese momento que ella ya no era de él...
Al día siguiente cuando fue hacia el salón descubrió una nota pegada sobre una antigua foto de ellos dos que decía: "Nos vemos a menudo, pero hace mucho tiempo que no nos observamos"
"Amor real no se borra"Oh - Cheb Rubën y SH Musica - Entelequia
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Cantos de sirenas
Mystery / ThrillerSeaville es un pequeño pueblo en el que empiezan a pasar cosas muy extrañas. Ya se conocen varios casos de marineros desaparecidos a los que no se vuelve a ver, hasta que un día Sally Handcok, una joven, decide empezar a investigar hasta que descub...