Nuevo modelo Akatsuki (Una Akatsuki nueva en Konoha 2)

Capítulo 3

Itachi

- Me parece mentira que me hayas abandonado hace un año ya- dije de rodillas frente al árbol donde aún quedaban restos de la sangre de Akira. Puse un ramo de doce rosas (cuatro rojas, cuatro blancas y cuatro negras) a los pies del árbol y estiré mi mano para tocar las manchas de sangre-. Si este gesto sirviera para pedir un deseo, yo pediría que volvieras. Apenas estuviste conmigo y eso dolió más sabiendo todo lo que nos quedaba por delante. Me costó horrores dejar de derramar lágrimas por tu pérdida. Te extraño muchísimo, Akira. 

Me levanté un poco para acercarme al árbol y besé la sangre, notando que me ardían las lágrimas en los ojos al comprobar que aún olía a ella. Akira...

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Akira

No podía más, no podía seguir viéndole sufrir así. Aterricé en un suave movimiento a unos metros de él y enseguida reaccionó, cogiendo un kunai y mirándome. Y al verme bien, el arma se le cayó de entre los dedos. 

- Akira...- gimió-. No... No puede ser... Me estoy engañando a mí mismo...

- No, Itachi, mírame- dije yo. Mi voz temblaba, anunciando lágrimas de un momento para otro. Me estaba emocionando-. No estás alucinando.

- No, yo te vi, moriste en mis brazos, dejaste de respirar, me estoy haciendo ilusiones- sollozó, enredándose los dedos en el pelo con desesperación. 

- Mírame, Itachi. No llegué a morir del todo- continué diciéndole, empezando a caminar hacia él.

- ¡No te acerques! ¡Eres solo una ilusión!- lloró, apartándose de mí. Yo me detuve y me puse a hacer unos pasos de claqué, haciendo levantar el polvo para que viera que era sólida. 

- Itachi...- dije. Yo también comencé a llorar, y no pude resistirme por más tiempo: avancé rápido hacia él y le di un fuerte abrazo, poniéndome de puntillas y hundiendo mi rostro en su hombro derecho, llorando emocionada. 

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Itachi

Era real. Su cuerpo estaba apoyado en el mío, dejándome sentir su calor. Sus lágrimas de alegría se derramaban sobre mi hombro, mojándomelo. Y me rendí ante la evidencia, abrazándola con fuerza y llorando también. Mi chica... estaba viva. 

Puse mi mano en su nuca y la pegué más a mí, sintiéndola por completo. Poder volver a tocar su cálida piel me hacía sentir bien, me gustaba su olor, el tacto de su suave pelo. Y en ese momento decidí una cosa: no iba a perderla otra vez. 

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Pasadas las lágrimas, ambos nos limpiamos el rostro y nos separamos un poco sólo para besarnos casi con desesperación. Ella seguía siendo la misma, sólo había cambiado su pelo y sus ojos: ahora llevaba una melena rojo intenso y unos hermosos ojos amarillos (¡viva España XDXD!).

- Si estabas viva- gemí-, ¿por qué no regresaste antes?

- No quiero repetir la historia dos veces- contestó ella sonriendo-. Vamos a la base y os lo explicaré todo a todos, ¿vale?

- Está bien- accedí, pasando un brazo por sus hombros y comenzando a caminar con ella al lado de nuevo. (Felicidad extrema *w*)

- ¿Y yo qué me he perdido?- preguntó apenas comenzamos a caminar. La base estaba a unos minutos de camino nada más.

- Sasori ha muerto.

- ¿Qué? ¿Quién lo ha matado?

- Sakura y Chiyo.

- Y no pude despedirle- murmuró, apenada. Entonces pareció recordar algo-. ¿Le han sustituido?

- Sí- resoplé-. Por un Lollipop incordioso.

Se echó a reír. Dios, cuánto extrañaba oírla reír. 

Antes de darnos cuenta, ya estábamos en la puerta de la base. Nos miramos a los ojos antes de asentir al unísono y abrir la puerta.

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Seguramente estaréis en plan "¿¡Pero WTF va a pasar!?", pero tranquilos que en cuanto pueda subiré el capítulo 4 y sabréis cómo se lo van a tomar los demás Akatsukis (vamos a ver la "cara" de Tobi cuando por fin conozca a la famosa Akira jeje)

¡Nos leemos luego! :*