Capítulo I

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Ahí estaba yo, sentado en el salón, la banca era tan pequeña que mis piernas no alcanzaban debajo; mis zapatos "samba" medios gastados por el futbol que jugábamos todas las tardes en el colegio se movían con mucha rapidez. Estaba nervioso porque Michelle, la chica de la cual estaba completamente enamorado desde décimo de básica, una vez más se dio cuenta que la estaba observando.

La maestra percatándose de mi distracción me dice:

-Señor Bay ¿me puede por favor repetir lo que estaba diciendo?

-Disculpe profe no estaba prestando atención.

-Ah...no estabas prestando atención, ya vas a tener tiempo para prestar atención el próximo año. ¿Quién me puede contestar?

*Michelle levanta la mano*

-A ver Srta. Evans... ¿qué estaba diciendo?

-que la bla bla bla...

Nunca entiendo lo que dice, pero yo sabía que estaba en lo correcto, ella nunca se equivoca, tiene las mejores calificaciones de todo el colegio, es la ganadora de todos los concursos, "la chica prodigio".

*ring ring*

Suena el timbre del recreo, Maquiavelo, su novio, como siempre la esperaba fuera del curso y yo como siempre me sentía furioso porque no entendía cómo la chica de mis sueños podía estar con un tipo tan poca cosa. Él no le prestaba atención, le importaba más obtener un 10 en la prueba de cálculo. Sin embargo la mayoría pensaban que "hacían buena pareja" lo que para mí no tenía nada de sentido.

Yo nunca fui una persona sociable, tenía unos pocos amigos que formábamos parte de un grupo llamado "La Sele", la tendencia que teníamos eran las batallas de gallos, peleas de freestyle-rap.

Tampoco fui de esas personas de las que los padres están orgullosos, no sacaba buenas notas, siempre me quedaba en supletorios, remediales y hasta exámenes de gracia.

Yo era todo lo contrario a ella, en todos los sentidos, polos opuestos.

HASTA MORIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora