Prologo.

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Estaba en un claro extraño, el sol me daba en la cara y no tenía mi sombrero para cubrirme de los rayos solares. Mis prendas eran blancas. Camino hacia adelante, no sabía adonde me llevaría, pero es mejor que quedarme parado. Al llegar a un limite la luz me ciega, me veo obligado a cerrar mis ojos o tapar la luz con mi mano.

Al abrir mis ojos me encontraba en una habitación, esta estaba ordenada y no tenía muchas cosas, era similar a mi departamento en Piltover, el que había rentado antes de la guerra de Aguas Turbias. Miro mis ropas, eran las que en aquel entonces usaba, mi ropa elegante, mi sombrero con la carta y tenia mi vello facial.  Me miro en un espejo que había en una de las paredes. Ese estilo era el viejo, el que hace años usaba.

–¿Tobias? –. Escuche.

La dama que dijo mi nombre era pelirroja, ahora vestia con un simple vestido blanco, no tenia zapatos y tenia una hermosa sonrisa en su rostro. Sus ojos celestes me observaban con mucha atención, ella estaba parada delante de la ventana, la luz que entraba por ella la iluminaba, parecía un hermoso ángel a mis ojos.

–Sarah –. Digo su nombre mientras me acerco a ella.

Una vez enfrente acaricio su rostro, ella baja la mirada, mira el collar que le regale años atrás.

–Quiero verte –. Le digo.

–Aquí estoy –. Me responde.

–Yo me refiero en persona, quiero verte y conversar de verdad, no quiero que solo sea un sueño.

Sarah solo suspira.

–Dime donde estás –. Le digo.

–Tu mismo lo dijiste, es un sueño... y es hora de despertar.

Abro los ojos, el barco en el que estaba se movía con fuerza, golpeando contra las olas. Aún era de madrugada, por la pequeña ventanilla de la cabina se podía ver como el sol estaba por salir.

Me visto y observo mi reflejo en un espejo. No tenia vello facial, por lo cual me veía mas joven; como el clima de Aguas Turbias era caluroso llevaba una chaqueta verde, sin camisa debajo; no usaba mi sombrero ya que se perdió en mi ultima visita a Aguas Turbias. Salgo de la cabina hacia la cubierta jugando con las cartas, camino hasta el final del barco. Cuando la niebla de la madrugada se desvanece puedo ver a Bligewater.

–¡Tierra a la vista!–. Grita un marinero.

Sonrió para mi mismo. Al fin llegamos.

Cartas & Balas [Book #2 TF & MF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora