II: Sarah ¿Asesina?

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Me separo de Fortune, tomo su rostro con ambas manos y lo observo, aún conserva esa extraordinaria belleza de la que me enamore. Aún no puedo creer que es real, aún no me puedo creer que ella esta enfrente de mis ojos.

–¿Por que me miras tanto?–. Pregunta ella.

–Eres hermosa, cada vez que te veo quedo cautivado por esos hermosos ojos que tienes –. Ella sonríe –, y tu sonrisa, esa sonrisa la extrañaba.

–Sigues siendo el mismo, por fortuna estos años no te han cambiado.

–¿Y a ti si?

–Este no es un buen lugar para hablar, si quieres podemos caminar por el muelle o la playa.

–¿Que hay de Graves?

Sarah lo mira, levanta los hombros.

–Si quieres podemos llevarlo a mi casa, dejarlo ahí y luego, cuando despierte, pueden decidir si quieren quedarse o irse de Bligewater–. Me ofrece Sarah.

Asenti, era una buena idea, pero debíamos dejar la puerta con cerradura y esconder el arma, porque sino Malcolm escapará.

Nos levantamos del suelo y fuimos hasta Graves, el yacía en el suelo. Fortune le reviso el pulso y la respiración, asegurándose de no haberlo matado. Malcolm Graves aún estaba vivo, lo cargue en mi espalda, mientras que ella tomo el arma y los cañones.

Caminamos hasta la casa sin que nadie pregunte porque cargábamos el cuerpo de una persona. Sarah abrió las puertas de su hogar. Este era enorme, era lujoso, como una mansión pero aún tenía la esencia de Bligewater. Dejo a Graves en el sofá y me siento a su lado agotado, el pesaba demasiado. Veo que Sarah sube las escaleras de la casa, creo que iba a su recamara a esconder el arma de Graves.

Pasan los minutos y ella baja, tenía las mismas prendas de hace un rato, pero tenía el cabello suelto, en este momento tenía unos pequeños rulos que se le habían hecho por la trenza. Sarah tenía en sus manos otro sombrero, este me era bastante familiar. El sombrero era marrón oscuro, estaba algo descuidado y tenía una carta.

–Esto te pertenece –. Dice Sarah entregándome el sombrero.

–¿Como lo encontraste? –. Pregunte dejándolo en una pequeña mesa.

–Te lo diré luego ¿Vamos a caminar?

Asiento y salimos de la casa, cerrando la puerta con llave. Nos dirigimos a la playa, donde las olas besan la arena.

Una vez en la playa nos sacamos los zapatos para poder caminar sin hundirnos en la arena. Sarah toma mi mano y caminamos de esa forma.

–Me gusta mas que tengas vello facial, te veías muy atractivo, no digo que ahora no te veas atractivo, pero ahora te ves mas joven y me siento vieja a tu lado –. Dice ella, comenzando una conversación.

Río por lo que dice, suelto su mano y la abrazo por los hombros, seguimos caminando.

–Tu sigues siendo atractiva a mis ojos, aunque no estés toda descubierta como antes, ahora te ves... respetable. Sin ofender.

–No me ofende en lo absoluto, en el pasado me vestía de esa manera para enamorar a los hombres.

–Y conmigo dio resultado.

Ella sonríe.

–Pero tu no eres como los demás, tu eres un caballero, sabes como tratar a una dama, eso me enamora a mi, que no eres como los piratas de Bligewater.

Seguimos caminando cerca del agua, esta mojaba nuestros pies.

–¿Por que no me fuiste a visitar? Me habías prometido volvernos a ver –. Pregunto.

Sarah suspiro, mirando la arena.

– Al acabar con Gangplank algo en mi cambio, una sed de sangre se apodero de mis pensamientos, asesine a cada hombre de Bligewater que estaba aliado con Gangplank, estaba caminando por esta playa, en la mañana cuando encontré tu sombrero a orillas del mar, creí que habías muerto, creí que te había matado.

–¿Por que habías creído eso?

–Yo te lleve hasta los pies de Gangplank, yo fui la que te dijo que le vayas a robar al hombre mas poderoso de Bligewater, yo le avise a Graves donde estabas, yo te guíe hasta los guardias de Gangplank. Todo fue parte de mi plan de venganza, no me importo tu muerte, al principio pensé en ti, pero luego mi mente se nublo, solo quería ver a Gangplank muerto, a su barco destruido y a todos sus aliados en un charco de sangre.

Sarah sonaba arrepentida, ella se soltó de mi abrazo y se quedo de pie, quieta, tomo sus manos y se cubrió el rostro con ellas.

–¿Lograste tu cometido?–. Pregunté.

Sarah negó.

–Eso fue lo peor, no pude ver al desgraciado muerto, creo que su cuerpo esta en el mar. Me siento de lo peor, hice muchas cosas malas y ahora me respetan por eso, termine siendo como el.

–No eres como Gangplank...

–¡Si lo soy! Mis manos están manchadas con la sangre de las personas que maté. Soy una asesina.

Me la quede viendo.

–Al menos no te divirtió ver sus expresiones de sufrimiento como a Gangplank...

Sarah se destapó la cara y asintió.

–Me sentí viva al escuchar sus gritos de dolor, al ver que su familia derramaba sangre... Soy un monstruo.

–No, no lo eres, al menos no para mi. Aunque hayas matado a miles o a cientos de personas para mi siempre seras la misma, siempre seras la chica de la cual me enamore, la chica que protegeré con todo mis ser. Si tu eres un monstruo ¿Yo que soy? Un ángel no . Nadie es perfecto, Sarah, todos hacemos algo que nos marca de por vida. ¿Tu ves que Jinx se este lamentando de todas las personas a las mato?

Sarah sonrió.

–No recordaba que había alguien peor –. Dice limpiando sus mejillas.

–Ella si mato a gente inocente, en cambio tu no. Todos en Bligewater somos criminales, esta en nuestras venas.

Ella asiente.

–Ya entendí –. Dice abrazandome.

–Deberíamos volver, tal vez Graves ya despertó –. Le digo al oído.

Sarah me suelta y asiente. Volvemos a la casa tranquilos, se podían oír gritos desde la entrada...

Cartas & Balas [Book #2 TF & MF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora