III: Graves y Fortune.

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Antes de que Sarah abra la puerta me mira, ella sabía que Malcolm Graves era algo inestable, y que tal vez nos lance un objeto al entrar, pero yo se que, después de gritarnos un rato, se sentara y nos escuchara. Le indico a Sarah que abra la puerta. Ella le saca el candado que tenía y luego abre las cerraduras. Al abrir la puerta una silla se estampa contra la pared, cerca de nuestras cabezas.

Cuando la silla impacta en la pared, Sarah cierra sus ojos y respira. Al igual que Malcolm, Fortune explotaría en cualquier momento.

Graves nos mira, como veía que no pensábamos decir palabra alguna tomó en sus manos un jarrón y lo estampó en la pared con todas sus fuerzas, como era predecible, el jarrón se rompió en miles de pedazos. Observo a Sarah. Si Malcolm tiraba otra cosa, ella explotaría.

Graves me mira pidiendo explicaciones, no tengo nada que decirle, el agarra un pequeño cepillo que había en una mesita chiquita y se lo lanza a Fortune al rostro. Ella logra desviarlo con su mano, ya harta del comportamiento de mi compañero saca algo de los cajones de un escritorio que hay en la entrada, no puedo ver que es hasta que se lo tira a Graves. Era un cuchillo con infinidad de detalles en el mango. El cuchillo se clava encima de la cabeza de Graves. Si estoy en su lugar me asustaría, pero a Malcolm parece no importarle mucho.

Veo que Sarah se acerca a el con otro cuchillo en su mano. Mi compañera se abalanza hacía su contrarió y coloca el filo del cuchillo en su cuello.

–Debes pagar de alguna forma las cosas que has roto –. Dijo ella de una forma coqueta. No pude evitar sentirme celoso.

–Tienes al imbécil de Fate para acostarte, maldita perra.

Veo como Sarah hace un gesto de tristeza.

–Me duele que me llames así, y mas si no sabes como podrás pagarlo –. Le dice la pelirroja a Graves.

Malcolm la mira con picardía, pongo los ojos en blanco y saco una carta de mis bolsillos, la giro en mis dedos, llenando la carta de poder.

–¿Como podre pagarte? –. Pregunta Graves cayendo en los encantos de Fortune.

–Es muy simple, o comienzas a trabajar para pagarme lo que has roto, o te quedas sin hijos para siempre.

Río por lo que Sarah le dice a Malcolm.

–No te atreverás...

–¿Me estás probando?

Fortune bajo el cuchillo lentamente hacia la entrepierna de Malcolm haciéndole entender que no jugaba.

–¿Quieres que llegué al final?–. Pregunta Sarah buscando el botón del pantalón de Graves, el la empuja.

–Esta bien, te pagaré –. Dice acomodándose.

Sarah saca el cuchillo de la pared y deja a ambos en la mesa de café. Abrazo a Fortune por los hombros, mostrando la carta que cambiaba de color en mis dedos. Mi dama de la fortuna tomo la carta en sus manos, la observo como si ella fuera una niña pequeña, la magia de la carta desapareció, esta dejo de brillar.

–¿Así que están nuevamente juntos?–. Pregunta Graves sentándose en el sofá.

Asiento.

–¿Hay algún problema con eso?–. Pregunta Fortune, entregándome la carta.

–Con Tobias no, contigo tengo bastantes problemas.

–¿Y yo que te hice? Me puedes explicar.

–Primero, dejaste como un idiota enamorado a Tobias cuando desapareciste de su vida, segundo ¿No ves como esta Bligewater? No tiene el mismo encanto que tenía antes y tercero, casi nos morimos por tu maldito plan, desapareces de la vida de mi amigo y ahora te apareces como si nada hubiera pasado.

–Primero, mi relación con Tobias no te incumbe, segundo, derroque a Gangplank del trono por dos cosas: justicia y para que Bligewater no esté lleno de morbosos ladrones como tu y tercero, quiero arreglar todo con Fate, y como tu eres su amigo, también debo ser cortés contigo.

–Me encanta tu cortesía, Fortune. Me dejas encerrado en este lugar y me amenazas con dejarme sin hijos. Vaya forma de ser cortés.

–Tu ni siquiera intentas ser amable conmigo. Me tiraste una silla al entrar en mi propia casa, casi me rompes un jarrón en la cara y por poco un cepillo se me mete en el ojo.

–Eso no se compara con coquetear conmigo para luego decir que me quedare sin hijos si no te pago los daños.

Cansado de su pelea de niños, agarro un cañón de Fortune, abro la puerta para no destrozar la casa con sus potentes disparos y aprieto el gatillo, una bala de un enorme tamaño impacta con el suelo de la calle, el ruido del arma al ser disparada logra parar la pelea.

–¡¿Pueden callarse?! ¡Parecen niños pequeños peleando por el último trozo de pastel! –. Grito enojado.

Graves y Fortune me miran. La expresión de el es transparente, pero la de ella era de temor.

Ambos se levantan del sofá, ninguno dice nada.

–Relájate, cariño. Solo estabamos resolviendo nuestras diferencias –. Dice Sarah quitando el cañón de mi mano.

–Si, tampoco para gritarnos. Pudiste matar a alguien con ese disparo –. Dice Malcolm cerrando la puerta.

Miro a ambos con enojo. Ahora ellos actúan como si yo fuera el que se esta comportando de mala manera.

Sarah me obliga a sentarme en el sofá, Malcolm se sienta en el suelo, apoyando su espalda en la pared. Sarah esta de pie frente nuestro.

–Bien, dejemos las peleas atrás... Ahora quiero que ustedes decidan si quedarse en Bligewater o irse –. Dice Fortune sacandose la chaqueta y los cinturones. Sarah coloca su larga melena rojiza enfrente de su algo descubierto pecho, ocultándolo. Aunque tenga su larga melena delante, no podía dejar de verla.

–¡Fate! –. Me grita Malcolm, logrando sacandome de mi trance.

–¿Q-que?–. Digo posando mis ojos en mi compañero.

–Te estoy preguntando algo. Tu que dices ¿Nos quedamos o nos vamos?

–Yo quiero quedarme –. Digo, volviendo a mirar a Sarah, ella me sonríe.

–Si tu te quedas yo también lo haré. Pero ¿Donde dormire? Se que querrán su privacidad y todo, yo no me quedare aquí para escucharlos todas la noches.

Sarah se ruboriza, yo trato de no hacerlo.

–Dormiras en mi barco, hay una habitación muy cómoda para ti, si quieres ir en cualquier momento a descansar le dices a los marineros que vienes de mi parte.

Graves asiente.

–Ahora ¿En donde esta mi arma? La quiero de vuelta.

Fortune le señala la cocina.

–Esta detrás del refrigerador –. Le indica para luego sonreír.

Malcolm la va a buscar. Una vez el arma en sus manos se dirige a la puerta.

–Oye ¿Que haces? ¿No vas a comer?–. Le pregunta Fortune antes de que Graves cruce la puerta. El se voltea para vernos.

–No tengo hambre, además, veo que Twisted Fate no quiere compartir.

Dicho eso mi compañero sale de la casa, dejándonos solos.

Nota de la autora:

Hola! Perdón si me ausente musho tiempo, pero con el colegio y los deberes no tengo musho tiempo para mis tres obras (creo que eran tres :/  ) ,pero prometo que en las vacaciones de invierno voy a actualizar mas seguido (ya que será lo único que podre hacer, ya que en esa fecha tocan los modos de juego mas aburridos, a mi parecer. Maldito este no es Dominion, te odio :'v, que vuelva URF )

Graves es un loquillo (っ ͡° ͜ ʖ  ͡° ς)

Me despido (っ ͡° ͜ ʖ  ͡° ς).

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Cartas & Balas [Book #2 TF & MF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora