Orlando es un chavo muy atractivo, con tez blanca, cabello un poco largo color negro, con ojos color café claro (de esos que al mirarlos te pierdes en su mirada), muy inteligente, amable y lo mejor de todo es que no se daba cuenta de que tenía esas características majestuosas lo que lo hacían casi perfecto pues no era una persona engreída ni mucho menos egoísta ni cualquier palabra grotesca que se te venga a la mente.
Podríamos pensar que todas las chicas morían por salir con el pero ... la realidad es que no. Todos en su clase lo detestaban por ser tan aplicado, lo llamaban "el nerd del 26" ( llamado así por haber nacido un día 26 de noviembre) y por consecuencia ningún chico y mucho menos chica quería tener relación alguna con él.Un día común como los demás andaba todo normal, comenzó con sus clases normales a las 8:40 a.m, primero Álgebra, después Español y siguió con Física, que fue la mejor clase del día o mejor dicho de su vida.
Llego a la clase de Física de las 10:20 a.m una chava increíble, hermosa, sorprendente, muy ¡woow! Todos los adolescentes calientes se le quedaron viendo con la boca abierta y no era de menos pues era la más bonita de ahí, solo imagínenla: ojos color verde aceituna, cabello castaño ondulado, boca pequeña con labios pintados con un tono muy claro de rosa, tez blanca y un cuerpo hermoso, ¿apoco no es hermosa?
Orlando al mirarla quedo petrificado, asombrado de ver tanta belleza, pues sus ojos inocentes jamás habían visto algo igual.
La Señorita Serena pidió a aquella joven tan preciosa se presentará ante sus compañeros de clase y así lo hizo
- Mi nombre es Kyle, tengo 17 años y espero llevarme muy bien con todos ustedes.
¡Oh! Era muy obvio que todos querían llevarse de maravilla con ella, por supuesto, más aquellos machos precoces que solo pensaban en una cosa muy obvia para esa edad...
La Señorita Serena le pidió a Kyle se sentará detrás de nuestro querido Orlando.
- ¡Demonios! - se decía a sí mismo, pues iba a ser inevitable no ponerse nervioso cuando ella pasara.
No tardó en pasar Kyle por el lugar de Orlando ( aunque para él esos pequeños segundos habían sido como mil años). Era la primera vez que le pasaba algo así, nunca en su vida había experimentado tal sensación, sudaba a chorros por todo los nervios que tenía, cuando lo peor pasó.