Y luego... ¿Qué pasó?

43 2 2
                                    

Cuando Kyle tomó asiento se dio cuenta que no traía algún bolígrafo con que tomar nota así que se le ocurrió pedirle a su querido compañero de adelante uno prestado. Tomó por el hombro a Orlando. Orlando sintió tal emoción al sentir aquella mano delgada tan perfecta que no evitó soltar un pequeñísimo grito de alegría, emoción y una completa combinación de sentimientos que apenas se logró oír pues no lo podía creer, ¡Kyle lo había tocado!.
Orlando volteo de lo más natural posible. Kyle lo vio, quedo perfectamente perdida en aquellos ojos café, estaba muy nerviosa que ni siquiera podía salir de su boca una palabra, hasta que Orlando pronunció la primera frase
- Ammm, ¿me hablaste?
Kyle como pudo respondió:
-Si, perdón, ¿tendrás un bolígrafo extra que me prestes?
-Si claro, toma este - le respondió Orlando, y al entregarlo sus manos se rozaron de tal forma que ambos quedaron inmóviles, ambos se miraron a los ojos y soltaron una risa (de esas que salen de los más profundo de tu corazón).
-Gracias -  dijo Kyle apartando su mirada de Orlando y regresando la vista al pizarrón, no lo podía creer, en su primer día de clases había quedado estúpidamente petrificada ante aquel hombre tan perfecto.
¡Ring, ring, ring! Sonaba la chicharra, la cual marcaba el fin de la clase. Orlando sin pensar un segundo más se acercó a Kyle y le hizo una pregunta crucial, bueno al menos para él.
-¿Quieres almorzar conmigo?
-¡Si! - dijo Kyle al instante; Orlando estaba emocionado, iba a almorzar con la chica más hermosa que había visto, claro estaba que Kyle sentía lo mismo. Ese era un momento mágico, hasta que un chavo con un muy pero muy buen cuerpo entró por la puerta de aquel salón, ese chico tenía ojos azules, cabello corto color castaño y con una actitud tan jodidamente mala, su nombre era Alonso , la pesadilla del pobre de Orlando.
Orlando petrificado y asustado no supo qué hacer.

Primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora