El despertador sonó a las 7:00 de la mañana y Harry no tardó en azotar la mano para apagarlo. Mientras fregaba sus ojos con los puños observó que sus compañeros de cuarto comenzaban a despertar también.
Desde que conoció a Ron y a Draco en el almuerzo, ellos lo habían incorporado en su grupo de una manera tan espontanea que apenas se dio cuentas de eso. Y era extraño, normalmente a él le costaba mucho adaptarse a un lugar nuevo, tardaba meses en simpatizar con alguien, sobre todo cuando uno es "el chico nuevo", pero en este caso no fue así.
Gracias a eso conoció a Luna y Ginny, dos chicas que, al igual que Draco y Ron, fueron muy simpáticas con él. Se divirtió mucho escuchando las locuras Luna y los comentarios de Ginny. Podría decir que eran un poco extrañas, sobre todo Luna, pero se entretuvo en aquel almuerzo.
Ese día también conoció otra chica llamada Hermione, aunque con ella las cosas no fueron muy bien. La primera vez que la vio estaba parada arriba de un banco en el pasillo y llamó su atención por completo. Quizás fue algo en su mirada, o quizás no. Tal vez la manera en que sus risos se movían cuando caminaba, o tal vez el hermoso rostro que había detrás de ese cabello castaño. Porque era innegable la belleza natural de esa chica. Pensándolo bien no estaba seguro, si en ese momento le preguntaban por qué llamaba su atención, no sabría que responder.
Harry se miró al espejó y acomodó el cuello de su camisa. Sonrió al recodar por como conoció a Hermione. No fue para nada gracioso, pero en ese memento igualmente le hizo gracia. Ella fue la primera persona con la que habló estando totalmente perdido, no tuvo mucha suerte en ese momento, porque con sus preguntas consiguió hacerla llegar tarde y por eso Hermione se enojó con él. Eso le pareció algo exagerado al propicio, hasta que conoció al Profesor Snape.
«¿Seguirá enojada?»
Harry suspiró agarró su corbata, la miró unos segundos antes de colocársela alrededor de su cuello. Era vergonzoso admitir que no sabía hacer un nudo de corbata, siempre que lo intentaba quedaba una extraña unión que con suerte nadie notaba. Miró de reojo a Ron y vio como él hacía un simple nudo sin problemas, lo hacía parecer tan sencillo, al igual que Draco, que al parecer sólo le bastaba usar una mano.
—¿Estás listo, Harry?— preguntó Draco.
—Sí, sólo ato mi corbata y listo.
—Bien, te esperamos abajo.
Sus compañeros de cuarto salieron, él rápidamente hizo un falso nudo y lo acomodó para que quede prolijo. Con la corbata puesta volvió a mirarse al espejo para aplanar algunos cabellos rebeldes de su cabeza y salió del cuarto.
Bajó por las escaleras hasta llegar al comedor. Por un momento pensó que al entrar encontraría a Hermione allí, pero sólo vio a Ginny y Luna sentados junto a Draco y un Ron medio dormido.
—¡Aquí Harry!— Llamó Draco.
Harry llegó hasta la mesa donde su desayuno estaba servido. Saludó y al sentarse despertó a Ron. No podía evitar que sus ojos miren hacia los lados buscando. Tal vez llegaría más tarde «No creo que se haya demorado ¿o sí?»
Personas iban y venía, pequeña, grande, dormidas o apuradas, pero ella no parecía estar allí.
—¿Buscas a Hermione, cierto?— preguntó Luna, irrumpiendo su búsqueda.
—¿Qué?— replicó algo distraído.
—Si buscas a Hermione no la vas a encontrar aquí— interrumpió Ginny—, ella por algún motivo hoy se levantó temprano y salió, se veía apurada.
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Asignatura Pendiente
Fiksi PenggemarHermione Granger, la alumna más inteligente de Hogwarts, estaba lejos de ser una chica igual a las demás, estudiar era su única prioridad y, para ella, todo lo demás era una pérdida de tiempo. Por su cabeza ni siquiera se cruzaba la idea de salir co...