Capítulo 24 Confusión

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Ana caminaba a toda prisa y sin dudar ni un solo paso. Cuando llegaron a la camioneta Ana se montó y dio un portazo tan fuerte que asustó a su hija. 

Cuando Phoebe hubo montado también su madre arrancó. 

Así, sin dar explicación alguna de su drama anterior. Pero Phoebe  no se iba a quedar con la duda, ella nunca se quedaba con la duda. Necesitaba saber que demonios era lo que había pasado en el café, porque si bien conocía el carácter de su madre también conocía muy bien sus gustos y para que dejara su té  tenía que ser un asunto muy serio.

-Mamá ¿quieres decirme que ha sido eso?

Ana giró un segundo la cabeza hacia su hija y después de propinarle una mirada llena de frustración regreso la mirada hacia el camino y siguió manejando.

-¿Mamá?

Seguía sin obtener respuesta y solo podía notar como las manos de su madre apretaban cada vez con más fuerza el volante.

-Anastasia ¡que te estoy hablando!

En ese momento Ana frenó. Estaba tan enojada que ni siquiera pensó que podía causar un accidente al frenar de una manera tan arrebatada. Se orillo y apagó la radio, tenía que hablar con su hija.

-Phobe tienes que entender...

-¡Eso es justo lo que quiero! Mamá, íbamos ahí a calmarnos, a aclarar las cosas. Y mira como estamos.

Sabía que Phoebe tenía razón. Quería explicarse pero no sabía como. Y el ver a Judith solo la había confundido más.

-Es que...todo lo que tenía planeado decirte se derrumbó al ver a ésta mujer.

-¿Te refieres a Jud? Mamá...

Ahora Phoebe estaba más confundida que al principio. ¿Por qué su madre la detestó de esa forma? ¿Qué tenía que ver Hannah en todo esto?

- Hija, la regla número uno.

-Mamá ¿de qué hablas? ¿Regla de que?

Ana tomo aire y exhalando se explicó.

-Los negocios y los amigos no se mezclan. ¡Y mucho menos una relación!

-¿Negocios? - Su madre no hacia nada mas que confundirla con cada cosa que decía -¿Podrías explicarme de una buena vez que es lo que está pasando?

-Esa mujer es la madre de Eric. Y ella y su esposo están haciendo negocios con tu padre.

Silencio. En la camioneta no había más que silencio y la cara de sorpresa de Phoebe.

-Es por eso, corazón. No quiero ni siquiera llegar a pensar que ese...chico pueda estar utilizándote.

Algo en el corazón de Phoebe se movió. La sola idea de que todo hubiese sido mentira le dolía. Había sido poco, sí, pero Eric le gustaba, en verdad le gustaba.

-Mamá, pero el no es así. Yo lo sé.

-Mi amor, eso tú no lo sabes. Lo acabas de conocer.



Zimmerman GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora