AMOR DE ENSUEÑO

CAPÍTULO 3

No es mi caso que el problema es que piense poco mis respuestas. El problema es que las pienso demasiado, al hacer esto, por miedo a las consecuencias no digo lo que en realidad pienso.
El día de ayer tuvimos una conversación corta en el bus. El 'sujeto'(probablemente yo) del que la moneda decidió optar por cara, estaba propenso a sufrir una 'friendzone'.
Yo le pregunté a Cindy qué para que había preguntado si a el 'sujeto' le gustaba, le di 2 opciones
-La primera es que el 'sujeto' no te guste, aún así hablan, y no quieres estrujar su 'corazoncito'-haciendo parecer esa una conversación de niños y sin importancia-, y la segunda, es que te gusta.
Tardó un poco en responder.
-"Estrujar su 'corazoncito'"-repitió mientras reía-. La segunda-afirmó indiscriminadamente-.
Todo el camino después de eso hubo un silencio. Me sentía identificado. No sabía que decir. Hasta que por fin terminó el suspenso.
-Feliz tarde-dije, intentado sonar despreocupado-. Hasta luego.
-Hasta luego-repitió ella con una sonrisa-.
Mas tarde, hablamos por Messenger. Teniendo más confianza de que no me afectarán las reacciones ante mis palabras le hablé con total libertad. Primero le dije que no "estrujara su 'corazoncito'". Me pregunto que cómo podía 'no hacerlo', le respondí que le preguntara que si sí le gusta al 'sujeto'. Y debería mejor, si le dice que sí, friendzonearlo de una vez porque mientras más pase el tiempo mas duro sería el estrujo que tendría ante ese momento. Después de eso, dudó de la moneda y dijo que seria mejor primero estar segura. Así que le iba a preguntar, pero que si creía que era mejor en persona. Le dije que yo creía que era mejor en persona. Al final dijo que así lo iba a hacer. Y yo me despedí. Afirmando que iba a pensar cómo tener novia, siguiendo lo que la moneda dijo.

El zapato de Jeryes es muy cómodo. No se lo voy a devolver, así nos quedamos con un zapato de uno y otro de otro. A veces no hay que tener dos lados iguales de una cosa para que ésta sea mejor, o en ese caso, más cómoda.

Al terminar de armar el cubo de Rubik digo:
-¿Me lo desarmas?
-Bien-dice mientras estira su mano insinuando que sostenga la libreta que ella lleva en la mano-. Sostén esto-concluyó-.
Lo sostengo, revisando rápidamente las hojas. Jamás había visto su nombre escrito en ningún lugar. Sólo lo sabía porque ella me lo dijo. Pero jamás lo deletreó. Y en Facebook, tiene como nombre de perfil, su segundo nombre "Gaby".
En una de las páginas de su libreta puedo observar escrito algo: "4to Secretariado Bilingüe. Sindy Gabriela". Su nombre se escribe con 'S', no con 'C'. No le menciono que no sabía escribir su nombre. Sólo la observo mientras concentrada desarma el cubo.
-¿Para armarlo hay trucos-dice dubitativamente-,verdad?
-Sólo que no son trucos, -contesto rápido con una sonrisa burlona-, se llaman 'algoritmos'-le digo acentuando esta última palabra.
-Cierto. Una vez estaba viendo los algoritmos. En YouTube claro-afirma sinceramente-.
Me devuelve el cubo al mismo tiempo que yo le devuelvo su libreta. Intentando hablar en doble sentido sobre el cubo digo astutamente:
-Lleva un orden. Hay que saber empezar porque si el principio no está bien, no llegaremos al final-termino ésta oración lentamente al mismo tiempo que armo la cruz base en el color blanco-. Después, hay que poner las esquinas en su lugar, haciendo que empiece a encajar la segunda linea-diciendo esto, yo mismo entendí lo que debía hacer. No debo precipitarme-. Cuando ya esta formada la base, podemos continuar. Haciendo los 'algoritmos'-la volteo a ver mientras digo esta palabra y la veo sonreír- necesarios para alcanzar la última fila. Y al final, que todo encaje.
Digo esto y con rápidos movimientos dejo el cubo a 8 movimientos de armarlo.
-No es difícil. Sólo hay que saber que hacer y que no hacer-digo nuevamente con doble sentido-. El cubo de Rubik es mas profundo de lo que parece.
Al decir ésta frase ella comprendió que todo lo que dije fue más que unos simples pasos para armar el cubo.

Y no tarda en responder.
-Es igual que la vida.

Al llegar a la parada, mi profesor de música está allí, junto con su hermano Kevin. Ellos suben al mismo bus que ahora tomo para ir con Sindy, el de Villa Canales, haciendo esto ahora, al bajarme tengo que caminar desde la gasolinera Texaco, hasta la Shell que está a la par de mi condominio. Lo cual suman 3 kilómetros que debo caminar. No me molesta. Pero está lloviendo.

Cuando el bus llega, se estaciona a tres metros, por lo cual tenemos que caminar hasta la puerta. Podríamos subirnos por la parte de atrás, pero Sindy siempre va hacia delante. Sólo hay dos personas que están esperando el bus, a parte de mi profesor y Kevin, hay un tipo con una mujer. No se si es su novia.
Mi profesor y Kevin suben en la parte de atrás, por estar mas cerca. El otro tipo, con paso apresurado no es nada caballeroso y sube él antes que la mujer con la que estaba hablando.
Cuando Sindy va a subir, estiro mi mano para agarrarme del tubo de las escaleras, y unos milisegundos después, ella también estira su mano, colocándola sobre la mía, y reaccionando y quitando su mano tan rápido, como si acabara de tocar un cable suelto de corriente alterna.

Al sentarnos lo primero que veo es el Volcán de Agua a lo lejos, no puedo evitar sonreír y le cuento a Sindy la mi último viaje a ese volcán.

Al terminar la historia ella habla.
-¿Cómo vas a hacer para conseguir novia?
-Astutamente puedes burlar al destino. La moneda dijo que debería tener novia. Pero no por eso tengo que conseguir una.
Ella me mira. Sorprendida, como si acabara de decir las respuestas del universo. Como si hubiera resuelto los secretos de la vida. Así que reformula su pregunta.
-Bien. Entonces...¿Has pensado en cómo sería la mujer ideal para ti?
Abro mis ojos como platos. Para mantener mi boca cerrada. No sé cómo contestar sin que mi respuesta insinúe que al pensar en esa pregunta, sólo puedo pensar en ella.
Sólo vuelvo a abrir mis ojos.
-Ó ¿Cómo sería físicamente? Sentimentalmente hablamos después.
-Muy delgada no-respondo pensando en la complexión física de Sindy-. Sólo eso tal vez. De ahí todo está bien. Creo.
-Las circunstancias no lo permiten-respondo a su primer pregunta-.
Ella dándose cuenta de a que me refiero, pregunta.
-¿Cómo es ella?
-¿Que cómo es?-digo sin saber si se refería a personalidad o a físico.
-Sí, ¿qué te gusta de de ella?
Lo pienso por un momento, debo responder algo inteligente. No solo un "todo"
-No se, su pensamiento, cómo es. No sé... Todo.-termino diciendo-.
Volteo hacia ella. Está sonriendo. No se porqué pero lo hace. No se si sabe que me refiero a ella. No se si decirle. ¿Que pasará cuando le diga? ¿Lograré decírselo?

Sí es así, tengo que esperar a que lo único que falte armar en el cubo, sea el color contrario a la base. Sólo intentando armarlo por completo sabré si lo hice bien.