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Lunes 23/05/1989 8:30 a.m

Ya era lunes por la mañana, estaba frente al instituto esperando a que sonara la maldita campana. Miraba para todos lados en busca de la cabellera rojiza, pero nada, aún no llegaba al parecer. Debo admitir que me preocupaba porque él nunca llega tarde y ya faltaban solo cinco minutos para que comenzara la jornada de clases.

Esperé unos minutos más, pero la jodida campana se hizo presente. Di una última mirada hacia la calle con la esperanza de que estuviera llegando, pero no.

Caminé sin el menor interés al salón, la verdad estaría más emocionado en llegar si supiera que está Jimin ahí... espera...no, no, no.... ¡Maldita sea! Seguramente aún sigo con los efectos de esas drogas, de las cuales ya no me quedan.

Seguí caminando con la mirada baja hasta que llegué al salón. Y cuando levanté la vista me llevé la sorpresa de que Jimin estaba ahí, estaba en verdad confundido, había estado mirando en todo momento para ver si llegaba, pero no lo vi.

Me dirigí rápidamente hacia el escritorio en el que estaba sentado, por suerte estos son para dos alumnos y la silla que estaba al lado de Jimin estaba vacía, al parecer es mi día de suerte... o eso creo.

-Jimin-dije mientras dejaba mis cosas en el pupitre. Él solo se dignó a mirarme e hizo un gesto con su cabeza.- ¿Cómo estás?-

-Bien- se removió un poco en su asiento y miró para otro lado.

-¿Te pasa algo? Pareces enojado o...-

-No, no lo estoy. No me pasa nada- habló con un notorio enojo en su voz, algo le pasaba y no entendía el por qué.

Iba a contraatacarle con más preguntas pero la maldita profesora llegó, me golpeé internamente, odiaba venir a clases, solo por el simple hecho de que no entendía mucho de todo lo que trataba de explicarnos. Miré a Jimin de reojo y como me lo esperaba, seguía con su cara de enojo. Era raro verlo así, normalmente tiene una cara relajada o feliz, pero ahora se veía tensa.

Suspiré pesadamente y decidí tratar de prestarle atención a la materia, aunque me costara. Creo que preguntarle a Jimin lo que decía la profesora, hoy no era una opción.

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Ya eran más de las tres de la tarde y estaba fuera del instituto, normalmente Jimin se tardaba un poco porque hablaba con el profesor que nos ayuda a entender el inglés. Sé que no aún no salía del establecimiento porque me aseguré de salir antes de él.

Y como si lo hubiera llamado con la mente, apareció en la entrada caminando sin prisa alguna con una expresión relajada en su rostro, como la que siempre tenía, con su mochila, bufanda roja y un gorro de lana que dejaba solamente ver solo algunos mechones de su cabello rojizo... Que carajos, cálmate Jung, cálmate. Creo que las drogas te están afectando más de lo que deberían.

Cómo era de esperarse, cuando me vio cambió su cara bonita a una enojada, aunque siendo sinceros, aún se seguía viendo lindo. >> Qué carajos<< pensé, estos pensamientos se están haciendo más seguidos y me dan miedo, yo no soy un maricón como para pensar así de un amigo, bueno si puedo considerarlo amigo ahora.

Volví a mirar hacia Jimin y noté que se acercaba con el propósito de esquivarme. Como pude lo tomé del brazo cuando ya estaba al lado mío.

-Suéltame-habló serio sin mirarme.

-¿Qué te pasa? ¿Tienes algún problema conmigo?- él no contestó, simplemente guardó silencio y yo volví a hablar- Sé que es algo contra mí, te observé todo el día en clases y con los demás actuabas normal ¿Qué-te-pasa?- pregunté serio, recalcando las últimas palabras.

Mi adicción. (HopeMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora