La tarde del día siguiente, Mauro volvió al callejón. El ladrillo, como dijo su hermano, se veía bastante, ya que tenía la letra griega Delta dibujada en él. Al accionarlo, la pared se abrió y Mauro entró, andando por un largo pasillo. Al llegar al fondo, una figura encapuchada se le acercó.
-¿Quién eres y que haces aquí?
-Ehh... Mi hermano me dijo que te diera esto...
-Ajá. Entonces... ¿Tú eres Mauro?
-Sí. ¿Por?
-Porque eso te convierte en el siguiente miembro del Club Delta, siendo sucesor de tu hermano.
-Wait a momento. ¿Qué hablas? Mi no entender...
-Oh, te lo explico. Primero me presento. Me llamo Andrés.
-¿El que viene cada mes?
-Seh. Mira...
Andrés le explicó a Mauro todo sobre el Club Delta y su función.
-Osea, os ocupáis de controlar internet... Y me estás comentando... ¡¿Qué os materializáis en la red?!
-Sep. Un gran trabajo, digno de gente como nosotros.
-Es... un tanto raro. Paso :D
-A oc. No sabes lo que te pierdes. ¿No quieres ni siquiera probarlo?
-Bueno, vale. Por probar no se pierde nada, creo...
Mauro y Andrés avanzaron por otro pasillo. Al llegar al final, encontraron la Máquina Automática De Rayos Extractores, o MADRE, para abreviar. Con ella, una persona puede entrar en la red.
-Pero... ¿Y los otros miembros del Club?
-Pos no c. Quizás los conozcas...
-¿Entonces no?
-Bueno, hay una que seguro acabas conociendo.
-¿Una?
-Sí. Una... Por ahora, probemos la máquina.