-Uff... quien me manda venir a estas horas de la noche a vigilar... ¿Eh? ¿Quién es ese?
-¡Hola! Soy Oruam, y me gustaría entrar en el club.
-Primero, ¿cómo sabes del club? y segundo, ¿qué clase de nombre es Oruam? Suena como... Mauro al revés.
-Ah, es una larga historia. Soy su alter-ego, o algo así.
-Seh, paso de escucharla. Pues, no pareces mala gente. Demuéstrame lo que sabes hacer, aunque sea tarde.
-Pues, no es por nada, pero no se tu nombre.
-Ehh... si. Si, eso. Uhm, me llamo Andrés. Y no me vengas con lo de que vengo cada mes y todo eso.
-En ningún momento iba a mencionarlo. Pero bueno, tu a lo tuyo. Oye, ¿y cómo se entrena y esas cosas? Para entrar, digo.
-Eh. Si. El HADES. Ya que es tarde para usar el MADRE y el SALMÓN no funciona.
-No me entero. Son muchas siglas.
-Leete los capítulos anteriores, so vago, que ahora no estoy para hablar tanto.
Andrés se llevó a Oruam al HADES, y siguiendo el protocolo, los enemigos que salían eran muy débiles. Pero como dijimos en el episodio anterior, Oruam contaba con poder psíquico, lo que hizo que derrotar a esos enemigos fuera fácil.
Asi que, viendo esto, Andrés programó enemigos más fuertes, pero Oruam ganaba sin despeinarse.
-Ehm... pues... supongo que... ¡Bienvenido al Club!
-Bien, entonces vendré mañana a mi primera misión.
-Aun no sabes usar el MADRE...
-Pero aprenderé.
-Pos oc. Yo me voy.