Supongo que queréis saber que le pasó a Andrés durante todo eso, ¿no? Pues aunque no queráis, os lo cuento, que el tío necesita protagonismo. Si no, saltas este capítulo y ya (???). Ejem. Al llegar a su casa, se dirigió a su sofá a vaguear, pero justo en ese momento, recibió una videollamada de uno de los generales del Club Delta.
-¡Asgore, responda!
-Espera... ¿Aun usamos los nombres en clave?
-Yo por lo menos si. En fin. Tenemos una misión importante, así que escuchad los dos.
-¿Dos? Uhm... Meri está entrenando al nuevo.
-Ah, el hermano de...
-Sí, justo.
-Bueno, pues deberás hacerlo tú. Vuelve a la base del Club y entra en la sala que construimos hace poco.
-¿Cuál?
-La Sala Actualizada Liberadora Mecanizada Original Nueva, o SALMÓN, para abreviar.
-Vale, voy allí.
Andresito salió de su casa y volvió a la base del Club.
-¡Vamos, Mauro, tu puedes!
-Pero duele...
-¡Tu sigue y no te eches atrás!
-A oc. Stos dos y sus entrenamientos.
Andrés avanzó más hasta llegar a una sala, bastante protegida, con un letrero de color salmón, bastante explicativo.
-¿Es aquí?
-Sí, introduce la contraseña.
-No la sé.
-Andrés, es "contraseña".
-Tan simple. ¿En serio?
-Si eso la cambio, ahora entra y probemos la sala.
-Pero, ¿qué hay ahí dentro?
-Oh, esta sala reproduce los "cambios de estado" que ocurren en el MADRE. Nos servirá para entrenar a Mauro. Pero hay que probarla. Y para probar, hay que activar.
-¿Y cómo lo activo?
-Simple, espera que lo hago yo...
La sala empezó a brillar, y comenzó a emitir ondas que causaban los diferentes cambios de estado. Al rato, Meri acabó de entrenar a Mauro y se dirigió a la sala esta.
-Oye, Andrés. ¿Qué sala es esta?
-Es el SALMÓN. Aquí podemos entrenar a Mauro sobre los diferentes estados.
-Creo... que mejor lo dejamos para mañana. Estoy cansada, y además Mauro ya se ha ido a casa.
-Pues hasta mañana, Meri.
-¡Adiós, Andrés!