Capítulo 6: Los Kennedy

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A veces las bodas de cuentos de hadas no son lo que esperábamos. Y no porque una relación empiece a tener problemas, porque siempre existirán, sino porque a veces la vida da varios giros.

Albert y Claire no eran personas celosas el uno con el otro.

Incluso después de su boda, de diciembre a junio, sólo pasaron juntos veinte días. Aprovechando el poco tiempo que podían pasar juntos.

Claire estaba lanzando su primer disco como solista a la par que trabajaba en otros musicales en Francia. Mientras Albert continuaba con la gira y presentaciones en el grupo.

Muchas veces fueron cuestionados por la galantería del barítono en los conciertos.

-Es parte del show, por supuesto que amo a las mujeres, es parte de mi forma de ser, pero nunca voy a ante poner eso a mi matrimonio, yo respeto a mi esposa. - respondió en varias ocasiones en las entrevistas. - Cuando decidí casarme, era porque estaba listo para tomar las responsabilidades que conlleva el matrimonio, y me veo a lado de ella, es mi otra mitad, y no descarto en un futuro la posibilidad de reducir mi agenda y ser un amoroso padre.

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Claire se encontraba en España, planeando su próxima serie de conciertos.

-Venga Claire, tienes que elegir un nombre para darte a conocer. - William y la mujer estaban en la sala de juntas del estudio de grabación.

-¿Puedo dejarlo simplemente como en el disco? No lo veo mal y me parece bien, ya que dejarme como Claire, no me convence del todo.

-Phoenix no suena mal. ¿Estás segura de tu elección?

-Lo estoy.

William se había convertido en representante y gran amigo de la pareja.

-Siento que no vamos a tener todo listo para el regreso de Albert. Aún no tengo a los bailarines.

-Es que el concepto está muy novedoso, ¿tienes a alguien en mente?

-Conozco a alguien...

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Estaba descendiendo de las telas y se encontró con Claire seguida de William, caminando hacia el.

Bajó con cuidado y fue por una toalla para limpiarse el sudor.

-Piers, tiempo sin vernos...

-¿Cuánto será? ¿Un año? - se abrazaron efusivamente.

-Piers, el es William Birkin, amigo y mi representante.

-Un placer... - estrecharon manos - pero díganme ¿en qué los puedo ayudar?

Salieron de la sala de danza aérea y fueron a la oficina del castaño.

-Esto es un poco apresurado Piers, pero te quiero de mi coreógrafo de mi show.

El hombre abrió los ojos de par en par.

-¿Tus conciertos? ¿Los que harás con Albert?

-Así es, dice Claire que eres muy bueno y confía en tu talento. Y yo confío en su palabra.

-Vaya Claire, no sé qué decir...

-Podrías decir que sí - río la mujer.

-Bueno, eso es obvio... sí, me siento halagado. ¿Ya tienen alguna idea del show?

-Sí, algo muy oriental... y todo tendrá relación, 90% del show tendrá coreografías.

Piers se recargó en el asiento y se estiró un poco.

Olvida Tu TemorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora