Olvida Tu Temor

Capítulo 9: Símbolos de quimeras

Estaba harta, tomó su bolso y salió hacia su automóvil. Un Mustang rojo, capricho de su esposo. No iba a soportar otra palabra más de Albert Wesker, estaba cansada de estar en constantes exámenes para ver el problema que tienen para concebir.

Albert era el único que al estar fuera de casa, no podía estar haciendo pruebas, como pretexto de la gira.

Se estaba cansando de que Albert empezara a echarle la culpa a ella, de momento no había salido nada anormal. Y ese día no estaba de peculiar humor.

Ya habían discutido por los anticonceptivos en el pasado, ya había ido a una clínica para tratarse. Estaba cansada de la manía de su esposo, era evidente que se estaban alejando como pareja, demasiado. El trato cuando estaban de buenas era muy bueno, pero en algún punto algo cambió.

Y en esta día, la bomba estalló. William recibió a su correo electrónico imágenes de Albert con otra mujer, una rubia, una actriz, una tal Alex.

Todos estaban reunidos cuando Claire viendo toda la bola de reclamos, hiló todo. Se fue de inmediato sin decir nada.

No era tan tarde, así que tenía oportunidad de ir a despejarse. Condujo varias horas hasta llegar a casa de su hermano, tenía mucho tiempo sin estar cerca de su familia. Caminó por la entrada de la casita en Washington y tocó el timbre.

Chris abrió con rapidez y miró el rostro de su hermana.

-¿Problemas con Wesker?

-Algo así, no quise, ir con nuestros padres para no preocuparlos.

-No están, fueron con los tíos a Francia, con mamá.

-¿Ves? - se encogió de hombros Claire - No tiene caso que los preocupe con mis cosas.

Entraron a la casa y se dirigieron a la cocina, Chris encendió la cafetera y sacó dos tazas de la alacena.

Claire se sentó en el banco alto del desayunador mientras empezaba a impregnarse el olor a café en el cálido hogar de su hermano.

Recordó con mucha nostalgia su infancia, como de gira en gira con su padre conocieron diferentes lugares. Como al inicio de la carrera de su hermano, lo acompañaba como asistente hasta que la convencieron de incursionar al mundo artístico.

Chris se sentó frente a ella y puso la humeante taza frente a ella, con un recipiente de crema y unos terrones de azúcar.

-¿Qué sucede con Albert?

-Ni yo misma lo sé con certeza. Ya llevábamos un tiempo raros, muchos problemas porque primero me dice que se quiere enfocar a la carrera con Adagio, luego que porque ando con anticonceptivos...

-¿Tiene prisa por ser padre?

-Ya no lo sé, ahora estaba con la manía de que debe ser un problema de fertilidad, cuando hoy William...

Chris dejó de mezclar la crema con el café y la miró fijamente, su hermana se veía preocupada, angustiada. Nunca la había visto así en todos los años de relación y matrimonio con Albert.

-¿Qué sucedió con William?

-Le llegaron... - hizo una pausa y respiró hondo - unas fotografías de Albert en un restaurante de forma "cariñosa" con una mujer.

-¿Alguna fotografía literal?

-En ninguna se ve nada claro, pero todo indica que son más que amigos...

-Bastardo...

-Ya no sé qué pensar, creo qué busca el pretexto para deshacerse de mi...

-No lo creo hermanita, Albert no es tonto, no creo que sea capaz de cambiarte por alguien más. Debe ser una mala estrategia con William para llamar la atención discretamente de la prensa rosa.