(14) "Conozco lugares"

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Brad pasó los siguientes días tratando de asimilar todo lo que le estaba pasando. Casi perdía a Tris, su padre se había marchado y su situación financiera estaba en peligro.
Estaba intentando ser fuerte pero no podía evitar desmoronarse en un punto. Se sentía mal por su familia, sus amigos y la persona con la que se estaba viendo. Todo el estrés y frustración era algo que podía quebrar a un chico frágil de diecisiete.

— ¿Brad? —abrió sus ojos y Brendon lo estaba mirando.

— ¿Qué quieres niño? —preguntó y se movió a un lado.

— ¿Puedo dormir a tu lado?

Brad miró el reloj y eran solo las tres de la mañana.

—Ugh, de acuerdo —respondió y vio a su hermano pequeño subir a la cama y abrazarlo enseguida—. ¿No puedes dormir en tu cama?

—No —respondió Brendom y escondió su rostro en el pecho de Brad. El rizado cerró sus ojos e hizo todo lo posible para poder dormir.

Brendon era más independiente que los chicos de su edad, podía parecer fuerte pero Brad podía ver a través de él. Estaba molesto y eso hacía que Brad se sintiera peor porque sabía que no podía hacer nada al respecto.
Si tan solo Tristan estuviera allí, podría decirle a Brendon las palabras exactas para hacerlo sentir bien. Si tan solo estuviera allí, podría hacer que la situación no pareciera tan mala. Si tan solo él fuera un poco como el rubio podría no solo ayudar a Brendon sino a si mismo.

—Cuentame una historia.

— ¿Qué historia? —preguntó Brad.

—Cualquiera.

Brad procedió a contarle un cuento corto que Tris había escrito cuando estaban en la escuela primaria. Esta trataba sobre como los amigos pueden superar todos los obstáculos siempre y cuando estuvieran unidos. Antes de que siquiera lo notara, su hermano estaba dormido. Brad sonrió y cerró sus ojos, olvidandose del mundo.

[...]

— ¿Qué ves en tus alucinaciones?

Tristan tomó un respiro profundo y luego observó a su terapista, podía ver a alguien detrás de él pero sabía que no podía decirlo, si lo hacía significaba quedarse más tiempo allí. No podía permitir eso.

—Nada —respondió vagamente.

—No puedo ayudarte si mientes.

—No miento.

—Tus ojos dicen algo diferente.

Mierda, pensó Tristan. Dentro suyo sabía que estaba empeorando y no podía detenerse esa vez.

—Ahora empecemos otra vez… ¿Qué ves Tristan?

—A Ben… mayormente.

— ¿Ben? ¿Bem Ringer? —preguntó su terapista y Tris asintió.

— ¿Qué hace?

—Me mira —responde y las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

— ¿Eso es todo lo que hace?

La mente del rubio volvió a la vez en que estaba en el salón de clases, como el grupo de Ven apuntaba sus armas a ellos, como habían matado a tantas personas.

—S-sí.

— ¿Qué más ves?

—Las personas, están muy doloridos.

— ¿Cuanto en la escala del 1 al 10?

—10.

— ¿Cuanto sueles tardar en darte cuenta que es una alucinación?

Inexplicable | Tradley (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora