Secuestrada #3

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Capítulo 3.

- ¿Juan? - preguntó el hombre fuera del auto. Bianca se sobresaltó. Le sonrió a Nick, este parecía más bien a gusto con todo esto. Trató de bajarse de las piernas de él con dificultad. Una vez sentada en el asiento del copiloto, Juan abrió la puerta.

- Ah... no es cierto... - dijo con una gran sonrisa. Bajó del auto y abrazó con fuerza al hombre que lo acababa de saludar. - joder estás más grande. - le dijo. Y sí, ahora tenía dos tatuajes más y había hecho ejercicio.

- Siempre he sido así, imbécil. - se abrazaron. Bianca miró desde adentro del auto. - ¿se puede saber que haces aquí?

- ¿Nadie me ha extrañado aquí acaso? - Juan río.

- Vale sí, sí...como sea... y...- trató de observar quién seguía en el auto. - ¿es una amiga? - se volvió hacia Juan, brindándole una mirada cómplice. Éste negó con la cabeza mientras reía. Si tan solo supiera que Bianca era más que eso.

Juan abrió la puerta del Ford. Bianca se volteó a verlo.

- Te quiero presentar a alguien... - le susurró con una bonita sonrisa. Bianca salió del auto de inmediato. Quería ser atenta. Diferente. ¿Juan había tenido otras novias? Bueno, ella quería demostrar que podía ser algo más que solo eso. Él la vio rodear el auto, dirigiéndose a los dos - Ella es Bianca

- Un gusto... - este le cogió la mano, besándosela. Vaya. Juan era un maestro realmente. Lo admiraba de ciertas maneras. Sabía elegir a las mujeres. Y Bianca no era la excepción.

- Mi novia. - aclaró Juan. Con una oleada de celos en su cuerpo. Pequeña, pero la había. - él es Nolan, un amigo...

- Un gusto también. - le dijo Bianca, de pronto sintió los brazos de Juan abrazarle la cintura, se volteó a mirarlo.

- ¿Y os quedaréis un tiempo aquí? - preguntó Nolan.

- Sí, eso planeamos...

- Pensé que no vendrías más.

- Bianca quería conocer... - la volvió a apretar contra su cuerpo, ella le dedicó una sonrisa.

- Sí...pero... - Nolan sonrió incómodo. - ya sabes... lo último que pasó no fue muy bueno y...

Juan endureció la mandíbula. Sintió la mirada de Bianca sobre sus ojos. Buscando una respuesta. Una pequeña palabra proveniente de sus labios que le explicara que había pasado. ¿Qué era lo que ella no sabía? ¿Y por qué no lo sabía? Y al ver que no obtendría respuesta de parte de Juan, intentó preguntárselo a Nolan.

- ¿Qué fue lo que pasó? - le preguntó.

- ¡Juan! - un hombre rubio y alto apareció por detrás. Tenía un enorme dragón en su brazo derecho, tatuado hace más de cinco años. Su favorito. - ¿Qué haces aquí niño?

- ¿Niño? - saludó Juan. Se volteó para abrazar a Dam. - ¡joder has envejecido!

- No, es el ejercicio... me tiene así... - mostró su bícep derecho. - guou... ¿y quién es ella?

- Bianca, mucho gusto. - saludó ella, estirando la mano.

- No, no... el gusto es mío bonita. - estrechó su mano. - no me digas que este campeón - palmeó el hombro de Juan. - te tiene en sus redes...

- Dam... - murmuró Juan, algo avergonzado. Bianca sonrió.

- Nunca escoges mal, eh. - Dam río. Los años lo habían hecho trizas. O al menos Juan lo recordaba diferente. Más vivo. De otra forma. El color de su cabello había cambiado, al igual que su voz y su aspecto.

- ¿Sabes si Mateo  está en casa? - preguntó Juan. - me quedaré unos días en Medellin, pero él tiene las llaves...

- Lo vi por la mañana. Seguro que está follando por ahí...

- Dam. - volvió a decirle junto, esta vez incomodo por Bianca. Ella soltó una pequeña risita. - ¿quieres decir que no está ahora?

- No, probablemente no... - negó él.

- Joder... - renegó Juan.

- Si viene por aquí le diré que has venido, ve y da una vuelta por ahí mientras regresa...

- Sí, tienes razón. - le dijo Bianca. Con verdaderas ganas de conocer más. Juan observó sus labios. Le provocaba besárselos en ese mismo instante. No se podía creer lo increíble que era con él. Lo poco que le importaban sus defectos. Oh, vaya. Las ganas se hicieron más grandes. Una idea se le vino a la mente.

- Vale... - dijo, y sonrió al ver que Bianca sonreía. - iré por ahí y regreso en una hora, si ves a ese gilipollas por aquí, le dices que he venido y que quiero que se vaya de mi casa ¿esta bien?

Secuestrada. Libro #2. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora