Bueno, se que les dije que actualizaría los viernes, pero hoy es mi cumpleaños y quise publicar hoy.
Que lo disfruten.No podían creer que hubiera funcionado.
Él había accedido a los cambios añadidos por Charity.
Ella no podía quejarse de las razonables exigencias de Rick.
Y todas las empleadas de Sweet Rose estaban más que encantadas.
¿Qué decir de las clientas?
Muchas chicas que acudían a otros cafés de la zona, y muchas más, habían cambiado de preferencias desde que en las revistas Chicos actuales y Novedades de hoy se anunció la compra y asociación del local Sweet Rose por parte del guapo y aclamado Rick Hader.
El público masculino no quedaba atrás.
Al hacerse público esto, en las revistas y diarios, una foto de Rick y Charity -la primera de muchas- salía en las portadas como primera plana. Todos se preguntaban: ¿quién era la rubia a su lado? La señorita Blu cada vez fue siendo más acosada por admiradores y periodistas. Querían conocerla cada uno por distintos motivos.
¿Cuál fue el resultado de la situación?
Él aumentó de forma despampanante las ventas.
Ella tuvo que comprarse un auto.
~·~
- Al parecer si fue una buena idea firmar aquel contrato contigo después de todo, niño rico.
Él ya se acostumbró a sus apodos y ella se divertía creando uno nuevo cada día.
- Todo un éxito en su totalidad, señorita Blu.
La chica le miro angustiada.
- En serio, por todos los dioses, deja de llamarme "señorita Blu"; me volverás loca.
El se acostó sobre su escritorio -ahora tenía uno en la anterior oficina privada de la chica- y le miro divertido. Muy divertido. Le agradaba la forma en la cual su cabello solía desordenarse y el sol le daba un brillo angelical a su tonalidad rubia. Los labios en una constante mueca burlona. Ella le resultaba muy mona.
- ¿Cómo le he de decir entonces, señorita Blu?
La chica entre cerro los ojos.
- Charity. Ese es mi nombre; Cha-ri-ty. Charity. No es complicado.
Una estridente risa burlona salió de entre los finos labios de Rick.
- Vamos, se cual es tu nombre, Charity, pero sólo si tú me llamas por el mío. Es lo justo.
- Si, lo es. Pero eso no quita el hecho de que té siga poniendo apodos, Rick.
- Puedo vivir con eso.
- Más te vale; no voy a cambiar.
- No quiero que lo hagas.
Un agradable silencio se instaló entre ellos.
- Deberías ser más dulce.
- ¿Qué?
Ella se enderezo en su silla, en postura casi defensiva. El se apoyaba de sus codos y la miraba fijamente, viendo y analizando sus reacciones, después de todo, sólo llevaban dos semanas de trabajo juntos y él quería conocerla. Ya no era ella, ya no era él; eran él y ella. La rubia algunas oportunidades se mostraba disconforme, sólo tenía que mirar las nuevas finanzas para olvidar la incomodidad y molestia. Era complicada, pero no menos que él. Eso si, le extrañaba que con un comentario reaccionara de tal forma.
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Lady [Agrio pero dulce #1]
RomanceÉl era un elegante chico quien gustaba rodearse de dulzura. Ella era una chica normal que fábrica dulzura. ¿Qué los unió? La dulzura. ¿Qué los separaba? Ella no era para nada dulce.