Estaremos bien [Jung Ho Seok]

Estaremos bien.

Los dedos se clavan en los costados de mi cuerpo y me retuerzo respirando con dificultad.

- Hoseok ¡basta! - levanto la voz cómo puedo y él me ignora. - Detente ¡por favor! - suplico con lágrimas comenzando a reunirse en mis ojos mientras río a carcajadas e intento quitar sus manos de mi cuerpo.

Mi risa oculta la suya pero aún así llego a escucharlo reírse de mi sufrimiento, me suelta para refregar las zonas dónde clavé mis uñas en sus brazos y acomodarse en el sofá.

- ¿Ahora vas a dejarme mirar la película? - pregunta a modo de amenaza con una sonrisa en el rostro.

Su brazo se estira detrás de mí y me acomodo a su lado, descansando mi cuerpo en el suyo, intentando recuperar el aliento.

- Si nos tomamos una selfie – respiro profundo y lo miro. - Dejo de hablar.

Enarca una ceja cómo si intentara encontrar una trampa en mis palabras y suspira antes de pegarse aún más a mí. Cojo el móvil que dejé sobre la mesa ratona donde descansan sus pies, abro la cámara frontal antes de apuntarla hacia nosotros y besar su mejilla. Presiono el botón y el característico sonido que hace el teléfono cuando captura una fotografía, suena. Reviso la imagen y él regresa su atención a la pantalla del televisor, para poner a reproducir la película que dejamos en pausa.

Sonrío al ver su rostro tranquilo en la foto, los ojos cerrados y la sonrisa que hace aparecer los hoyuelos en sus mejillas. Lo miro, estudiando su perfil por un momento y bloqueo el teléfono, dejándolo en mis piernas.

- Hobi – suspira porque estoy hablando de nuevo pero aún así sonríe. - ¿Qué sucede si publico esta fotografía?

Gira su cabeza tan rápido cuando termina de escuchar mis palabras, que no me sorprendería que se haya lastimado el cuello.

- No puedes hacerlo – responde con la sonrisa ahora inexistente.

- Lo sé – siento un nudo en mi garganta y mi mirada se desvía a los dedos que entrelazo sobre el móvil. - Sólo me da curiosidad saber qué pasaría.

Asiente y suspira, posando una mano sobre las mías, acaricia el dorso con su pulgar y vuelve la atención a la película.

- No pienses en eso.

Deslizo mis manos fuera de la suya y me pongo de pie, sentimientos que vengo reteniendo y palabras que vengo callando, escalando por mi garganta.

- ¿Qué sucede? - pregunta sin dejar de mirar la pantalla y no sé si lo hace para intentar retrasar la conversación que sé que sabe que está por suceder.

Me doy la vuelta porque no puedo mirarlo y no llorar si quiero ser sincera.

- Estoy cansada de esconder lo nuestro – la elección de palabras suenan algo duras cuando las escucho salir de mi boca pero ahora ya no puedo hacer algo al respecto.

Me giro para mirarlo cuando no recibo respuesta alguna y su rostro es de sorpresa. Comienzo a acomodar mi cabello y respiro profundo, intentando que los nervios que sacuden mi estómago no se conviertan en náuseas.

- Quiero caminar contigo de la mano, me gustaría poder salir a comer solo los dos, sin necesidad de tener más gente con nosotros para intentar engañar a los que nos vean. Quiero hacer algunas de las cosas que las parejas normales hacen ¿sabes?

- No somos una pareja normal, cariño – responde revolviendo su cabello y la ligera sonrisa junto a la suavidad con la que sus ojos me miran, me hacen sentir frágil.

- Pero eres mi novio, soy tu novia y nos amamos, no entiendo por qué no puedo ir a tomar un café contigo, agarrarte de la mano y subir a un taxi para volver a casa - digo observando como su postura deja de ser relajada y suspira.