hey, kid [bokuaka]

see you again

Ya había pasado más de un año desde que Bokuto y los de tercero se graduaron de Fukurodani, dando el manto de capitán a Akaashi.

Recordó cuando Bokuto lloraba a más no poder, ni aunque Akaashi intentara detenerlo, quien principalmente, solía lidiar con ese tipos de cosas. Los de segundo y primero les ofrecieron diferentes regalos comenzando desde el más importante, Bokuto Kotaro. El niño mimado del equipo -o mejor dicho, ex-equipo-

Un suspiró escapó de sus labios, tomó algo de agua y volvió a la práctica.

  ― Hey, Akaashi, ¿Todo bien?― Inquirió Onaga, preocupado por su capitán.

El azabache lo atendió. Una leve sonrisa se asomó a su rostro y asintió con la cabeza.

― Sí. Sólo estaba recordando unas cuantas cosas. No te preocupes― Golpeó la pelota que tenía en sus manos contra el piso, para volver nuevamente ― Regresemos a la práctica. El entrenador nos castigara sí sólo estamos hablando ―

El de segundo año aceptó, y junto a Akaashi se dirigió hacía las canchas de voley del gimnasio.

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Lanzó la pelota con fuerza en dirección al rematador, cual atino al lado contrario de la red, anotando un punto de su parte.

Escuchó uno de los tantos aplausos del entrenador con un eufórico "¡Sigan así!" por el partido de entrenamiento sorpresa.

Era un partido, especialmente, para los de primero de Fukurodani y el equipo contrario, Nekoma. Y sus habituales armadores, participaban allí. Por suerte, iban ganando ellos, aún así, el juego era bastante difícil y reñido. Y los de Nekoma nunca se daban para atrás, como siempre.

Si Fukurodani anotaba, Nekoma devolvía el doble con fuerza bruta para quebrar los bloqueos y anotar. Pero los búhos no se dejarían derrotar tan simplemente para el primer set.

Por lo menos, Akaashi olvido su nostalgia con tal de concentrarse en el partido.

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Para cuando quisieron darse cuenta, ya era medianoche. Acabaron el partido en un empate, pues justamente, quedo en un 25 a 25, al tercer set.

Mandaron a cada uno de los jugadores a los vestuarios, acatando a la orden, se encaminaron hacía allí mientras charlaban con Nekoma. Debían de cambiarse rápido, principalmente, estos últimos mencionados. Y precisamente, lo hicieron.

Cada quien con el ropaje de sus respectivas chaquetas de equipo, Fukurodani se despidió del grupo, quien poco a poco, se alejaban de las vistas de los jugadores. Cuando se marcharon totalmente, los jugadores búhos hicieron lo mismo. 

Se separaron, correspondientes de sus propios caminos. A excepción de Akaashi y Onaga, quienes quedaron en arreglar y limpiar el gimnasio.

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No pasaron más de 5 minutos para cuando terminaron. Cerraron las puertas con candado y llave, guiándose después hasta la entrada, donde se encaminaron por diferentes vías hacía sus casas.

  ― Nos vemos, Akaashi ― Comentó Wataru, elevando su mano, en señal de despedida.

 Akaashi le respondió de la misma manera, y se volvió a espaldas del otro.