Prólogo
Llegué al punto. Eran exactamente las 12:37 am. Caminaba lo más cautelosamente posible para no ser descubierto y lo único que esperaba era que todo estuviera bien ahí adentro.
Las voces que se filtraban a través de las cortinas eran deficientes, pero algo tenía claro: estaban dispuestos a matarme. No había que ser un genio como para saber que gente como esa no tenía la más mínima compasión, ni siquiera por ellos mismos.
—¡Vamos, Shadow! Sabes que Tomlinson no es tan imbécil. Él ni siquiera se atreverá a ponerte un dedo encima. Sabe lo que le conviene, y con su padre en nuestras manos, no querría armar un escándalo.
Un movimiento erróneo de mi lado logró aturdir mis tímpanos; y, al parecer, a ellos también.
—¡Shh!
Este último sonido apenas se alcanzó a escuchar.
De pronto, cualquier ruido de adentro, calló. Pasaron unos segundos antes de que el silencio total en el que se sumía el lugar fuera interrumpido por un arma siendo cargada. Cualquier rastro de serenidad salió por mi boca en un aire aterrado.
Entonces, las estruendosas balas salieron del calibre que siempre llevaba consigo. Éstos iban en mi dirección; o, más bien, en dirección a la cortina de lámina, que era el paso y entrada hacia la bodega.
Mi respiración agitada era el único sonido más alto que podía escuchar.
Pasaron sólo algunos segundos hasta que alguien en el interior de la bodega se atreviera a pronunciar unas palabras:
—Bien jugado, Tomlinson. Bien jugado. Creíste que podrías sorprenderme, ¿verdad?. Creímos que no serías tan idiota como para venir a enfrentarme sabiendo que tenemos a tu padre. Creo que esa última parte aún no te queda bien claro.
La sangre me hervía y se me congelaba al mismo tiempo. Esas últimas palabras hicieron que mis músculos se tensaran por completo.
Estaba tan consciente de que mi padre corría tanto o más peligro que yo. Era un completo idiota..., y lo sigo siendo.
—Bueno, ya que estás aquí, ¿que te parece si conversamos un poco? ¿Por qué no te acercas y nos tomamos un café? —rió sarcásticamente.
Apenas podía contener los impulsos que tenía de partirle la cara en dos o más partes.
Todas las luces se encendieron. Una enorme frustración me recorrió el sistema óseo, como paralizando todas y cada una de mis articulaciones.
—¡Vamos! Acércate, no muerdo. —La risa burlona proveniente de su garganta no se hizo esperar.
—¡No te acerques, hijo! —Suplicó una voz. Ese era mi padre.
De repente, sentí como si mil caballos hubiesen pasado por sobre de mí, la sangre en mis venas parecieron detener su circulación. Sentía que mis emociones podían explotar en cualquier momento. Pero la rabia era la peor de las sensaciones.
El arma era cargada una vez más.
—¡Sal de tu escondite, maldito animal! —el tono de su voz era sorprendentemente determinante.
—¡No lo hagas, hijo! ¡Te matará! —Suplicó una vez más.
—Tú decides, Tomlinson. Si no quieres que tu padre jamás vuelva a ver la luz del día, ten el valor de aparecerte de una buena vez.
De nueva cuenta, las amenazantes balas se desprendían de aquél instrumento peligroso.
El espeluznante sonido hizo que, sin pensarlo, corriera en dirección al tipo que sostenía el arma. ¿La sorpresa? Mi padre se encontraba vivo, sentado en una silla, con los ojos vendados y atado de pies y manos. No había rastro de sangre y eso hizo que mis pulmones rebajaran su velocidad.
—Pareces una rata huyendo de un barco hundiéndose.
—Al menos no soy una. —Mis palabras transmitían rabia. Mis manos ya no sostenían el utensilio mortal firmemente, pero hacía lo mejor que podía para evitar que lo notara.
Él no tardó en levantar el arma en mi dirección, y yo no tardé en responderle el gesto de la misma manera.
El oro brillante de su calibre de nueve milímetros no pasaba desapercibido. Se notaba a leguas que le gustaba matar a sus víctimas de la manera más 'elegantemente' posible.
Un hombre también me apuntaba. Me sorprendía el hecho de que no había más de sus mascotas.
—Déjalo ir —Esperaba que mis palabras sonaran como una orden, más que como si mis palabras se estuvieran tambaleando.
—Me encantaría complacerte pero yo no sigo órdenes; las doy.
La frustración era cada vez más inmensa. El tipo no iba a dar su mano a torcer, por lo que una fugaz idea llegó a mi mente.
—Si lo haces —un inspiración profunda y corta llegó a mis pulmones—, trabajaré para ti. —No estaba completamente seguro de si mis palabras habían llegado hasta sus oídos porque un silencio nos inundó nuevamente.
Una risa sin humor brotó levemente de sus labios, parecía estar digiriendo mis palabras.
—Una oferta tentadora. Tener a un Tomlinson como mi esclavo personal. —Sonrió ampliamente para si mismo, luego hacia mi—. Acepto. Y como primera tarea —sonrió aún más—, matarás al imbécil que está ahí sentado.
Todo rastro de paciencia se esfumó de mi cuerpo. El horror de sus palabras me había hecho enfurecer tanto que sentía que humo podía salir por cada uno de los poros de mi piel.
Él soltó una carcajada audible en todo el establecimiento—. ¿Creías que aceptaría cualquier "trato" viniendo de ti? —Dijo, resaltando la palabra "trato". —Se nota que aún no comprendes este mundo.
La ansiedad y la repulsión que sentía ante sus palabras ya no fueron un impedimento para que el gatillo, que sostenía mi dedo índice, fuera presionado contra el cuerpo del mundano frente a mí.
La bala le dio en el brazo izquierdo, dejando caer su arma. El gorila que tenía por amigo, compañero, -qué sé yo-, disparaba plomo en forma de balas hacia mí. Una de éstas llegó a mi pierna derecha, dejándome caer sobre mi propio peso.
Mi vista se volvió al punto del incidente. Dos cuerpos de gran tamaño se llevaban a mi padre arrastrando como si fuera un animal. Uno de éstos iba con el brazo ensangrentado.
Las diminutas fuerzas en mis extremidades sólo me permitieron levantarme a medias. Cojeando y con la pistola tambaleándose entre mis dedos, esperar una puntería perfecta era lo único que me quedaba por hacer.
Una bala.
Dos balas.
Tres balas.
Una más de ellas.
Tres cuerpos yacían tendidos en un amplio suelo frío, empapado de sangre. Uno de éstos era el mío.
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LIKE A TATTOO | L.T.
Fanfiction"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos." -Julio Cortázar Esta es una obra completamente mía. Se prohíbe la copia total o parcial de ésta, así como cualquier tipo de adaptación. Primera publicación: 31-octubre-2015 He...