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No podía creer que su hija vendría en una semana, según dijeron los mensajeros de BioSecurity.
Moría por verla pero a la vez lo asustaba.
¿Cómo sería todo ahora?

[Yann: DarkEyes]

Todo oscuro otra vez. Esa maldita venda le tapaba los ojos y no le dejaba ver la luz.

-Yann ¡despierta! ¡hey, Dark Eyes!

-Estoy despierta. ¡Vete!- rugió ella.

-Hoy te vamos a dar la apariencia de un ser normal.-

-¿Qué? ¿como?

-En una semana vas a volver a casa.

-¿Qué?.- se levantó de la especie de cama que tenia y se dirigió hacia el lugar de donde provenía la voz.

-Volverás a casa.

-¿Es una broma?

-Es verdad, ven. No me rasguñes.- dijo este en tono bromista.
La Dark Eyes se acercó y dejo que el guardia le quitará la venda de los ojos.
Una vez hecho, volvió a ver.
Pero no como las demás, ella podía controlar la visión y las escrituras en su piel.

-¿Y las otras? ¿irán a casa?- pregunto entre cerrando los ojos.

-Aún no. No se saben controlar.- Yann gruñó pero reconoció que era cierto, no se sabían controlar, podían hacer un desastre en sólo unos minutos.

-Vamos, hoy será un buen día.- Afirmó Hal a la vez que abría la gran puerta con su tarjeta de seguridad.
Yann lo siguió por el estrecho pasillo del invernadero hasta la estación central.

-Buenos días, Yann, buenos días Hal.- saludo Zaurijk, el encargado de controlar la sala de actividades educativas.

-Hola Zu, permiso para entrar.- dijo Hal.
Yann sólo lo miro.

-Permiso concedido.- dijo Zaurijk.

Entraron y Hal indicó a Yann donde sentarse.

-Espera un momento, ya vienen.

-¿Quienes?

-El personal encargado de hacerte ver como una persona común y corriente.- río Hal.

-Tienes suerte de que a ti te tenga confianza. Te hubiera matado al reír.- sonrió ella.
Él solo se limitó a mirarla asustado y luego a reír.
Esperaron y el personal encargado llegó.
Recostaron a Yann en una camilla y comenzaron por lavarla, cortarle el pelo, vestirla, las manos, los pies, el maquillaje. Luego le pidieron que escondiese las escrituras.
Y así quedó, como una persona "normal" excepto por sus ojos.
Cabello rubio hasta la cintura, unos labios rosados, delineado de ojos, un suéter negro y jeans. Agradecieron que no tuviera alas ni midiera más de lo normal.

-Wow...te ves preciosa...- dijo un hipnotizado Hal.

-¿¿Qué??- se sorprendió ella.

-Nada, te ves muy bien. Muy normal, digo muy normal todo.- tosió nervioso. El personal encargado río.

-Vamos, suficiente por hoy...bueno, no, iremos a dar una vuelta por la ciudad.
Yann sentía todo muy extraño...hace seis años que no salía a la luz...bueno, sin contar lo de cazar criminales.

-Vamos Yann.

-Vamos.

Salieron de las instalaciones y Hal llevo a Yann hasta su auto.
Un bonito coche rojo.
Entraron y él prendió la calefacción.

-¿Estas bien?- pregunto Hal al verla con mirada nostálgica.

-No preguntes por mis sentimientos.- Dijo fríamente.
Hal lo había olvidado. Esa apariencia no la haría cambiar de parecer, ella seguiría siendo fría y calculadora.

Fue un paseo muy tranquilo, ella mejoro su humor y se sintió mejor.
Hal solo contemplo su belleza todo el tiempo. Una belleza que no había visto, una sonrisa.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2016 ⏰

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