5.

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—¡Basta, mamá! —Josh gritó mientras se adentraba a su habitación y daba un portazo—. ¡Maldita sea! —gritó furioso.

Estaba harto de escuchar a su madre decir las mismas cantaletas, estaba harto de siempre ser la estúpida sombra de Jordan. Lo único que él quería era que lo aceptaran como era, solo eso. Se sentó sobre su cama y comenzó a llorar, porque estaba harto de todo y porque Tyler nunca regresó. Además se encontraba molesto con el castaño, puesto que él había prometido que nunca lo iba a dejar, y había hecho todo lo contrario.

—¡Maldición! —Josh gritó una vez más—. Sabía que no debía enamorarme de ti, sabía que todo era completamente estúpido, sabía que todo iba a terminar de esto modo, ¿Por qué Tyler?, ¿Por qué prometiste que jamás ibas a dejarme?, si sabias que lo harías, ¿Por qué me enamoraste de este modo?, ¿por qué? —gritó y tomo y su cabeza entre sus manos—. Sabes no importa, de todas formas, ni siquiera volverás, así que... ya no importa —murmuró.

Lo único que Josh no sabía, era que Tyler lo veía. Él nunca había dejado de verlo, pero por alguna razón, el tintado ya no podía verlo y Tyler ya no podía hablar con él. El castaño se moría por decirle que su carta había sido simplemente perfecta, que también lo extrañaba y sobre todo, quería decirle que el igual lo amaba. Sin embargo, ahora Tyler veía a Josh, había escuchado lo que el tintado había dicho. Se sentía mal, se sentía culpable, había dejado al amor de su vida a la deriva, y sobre todo, había sido el culpable de la caída de Josh.

Observó al tintado salir del baño con varias frascos de medicamento. Se acercó a Josh y después a los frascos, para leer su contenido, eran varios frascos de tranquilizantes, algunos eran para la depresión como el prozac y otros solo eran para el insomnio. Josh tomó una gran bocanada de aire, abrió un frasco y coloco en la palma de su mano entre 15 y 20 pastillas, las cuales miró un rato, mientras sus ojos desprendían lágrimas.

Josh detente, por favor, no lo hagas, por favor Josh —Tyler suplicó, pero Josh no podía verlo, y tampoco escucharlo.

—Después de todo, ya no importa —Josh murmuró y trago cada una de las pastillas con dificultad.

Josh no, por favor. Dios ¡escúchame!. Josh, por favor detente. No quiero perderte no... —Tyler gritó pero ya era demasiado tarde.

Josh seguía tragando pastillas. Y Tyler le gritaba para que se detuviera, sin embargo el tintado no lo hizo. No hasta que perdió el conocimiento, hasta que cayó al suelo, inconsciente para siempre. Había tragado demasiadas pastillas, y había caído en una sobredosis.

¡Josh! —el castaño gritó y se colocó a su lado—. Despierta por favor —Tyler se encontraba a su lado, llorando como nunca, había perdido al hombre que amaba—. Spooky, spooky despierta... Por favor, abre tus pequeños y rasgados ojos que tanto me gustan, por favor no me dejes —suplicó—. Dios, Josh lo lamento, lamento no haberte detenido, lamento no haber estado contigo cuando más lo necesitaste. Josh Dun, tienes que saber que... Siempre serás el amor de mi vida, sin importar que. Josh, solo perdóname.

Tyler se encontraba acariciando el cabello carmín de Joshua, mientras lloraba. Había perdido al único amor de su vida.

Te amo Josh —murmuró.

Lo había perdido.

3:00 A.M. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora