EL GRAN REENCUENTRO

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Ya son aproximadamente las doce del mediodía cuando despertamos mi hija y yo, me dirigí al baño para lavarme la cara para luego preparar un poco de comida, al momento de salir del baño sentí como la puerta de la calle se abrió me sentía tan nerviosa, así que salí tomando a mi princesa de la mano al estar justo en la sala del apartamento me di cuenta que esa persona que había entrado a mi apartamento era mi madre la cual se quedó casi en shock al verme parada justo en frente de ella que lo único que logro hacer fue darme un abrazo en medio de tantas lágrimas de emoción mi hija me dijo

-¿Mami quien es ella?-pregunto confundida por nuestra reacción

- Esta señora que ves aquí es tu abuela-respondí secándome las lagrimas

-Esta hermosura es tu hija-dijo mama acercándose hacia mi hija

-Si esta es mi hija Ariadna Sofía-respondí acercando a mi hija hacia mi madre

Después de hablar un rato con mi madre decidí salir a dar una vuelta con mi hija al parque necesitaba salir un rato tomar aire fresco, estando en el parque me senté un una banca mientras deje que mi princesa jugar en ese momento pasaban por mi mente miles de recuerdos que me llenaban de nostalgia y emoción como la vida de una persona puede cambiar tanto sin ni siquiera pedirlo.

Estando en el parque escuche a lo lejos una voz que se me hacía muy particular, así que me di vuelta y logre ver que esa persona era Allan que venía caminado de la mano de una muchacha alta con cabello castaño, tez blanca, ojos azules es completamente bella y me alegro por el por haber encontrado una mujer que lo quiera como él se lo merece, después de pensar tanto vi como cada vez Allan se acercaba cada vez más yo me sentía tan nerviosa al no saber cuál iba a ser su reacción al ver me de nuevo, justo cuando lo tuve al frente mis piernas empezaron a temblar no sabía qué hacer y lo mismo podía ver en el estábamos tan nerviosos y confundidos además podía ver en el él rencor que me tenía por todo el daño que le cause que mi única reacción fue coger mis cosa para marcharme pero Allan me lo impidió diciendo

-¿Siempre huyendo no?- dijo Allan con un tono un poco agresivo

-¿Cómo dices?-respondí un poco confundido

-Como oíste tu solo estas acostumbrada a que cuando todo se coloca mal tú solo huyes, no sabes afrontar tus problemas -Dijo en un tono muy sarcástico y grosero

-Estas demasiado mal yo no he huido de nada y además no tengo porque hacerlo-Respondí colocándome a la defensiva

-Entonces como se le llama a lo que tú me hiciste hace cinco años -dijo sacándome en cara todo lo que le hice en el pasado

-Eso fue hace mucho y si me fui fue para no hacerte más daño-respondí dejando en claro por qué me fui

-Pues de que sirvió si igual me hiciste daño al dejarme en ridículo frente a todos, tú crees que fue fácil superar todo yo en verdad te amaba pero que vas a saber tú de eso si tú nunca has amado de verdad -dijo con mucha rabia y dolor y era muy comprensible de verdad si fue horrible lo que le hice

-Estas muy equivocado porque aunque tú no lo creas yo si he amado y el amor de esa persona jamás me traicionara y lo siento si te hice daño esa jamás fue mi intención-respondí secándome las lagrimas

-Pues espero que esa persona nunca te traicione como tú dices porque entonces podrás entender lo que yo sentí en ese momento-dijo poniendo en duda todo lo que dije

Ante nuestra discusión ni siquiera notamos que había dos personas importantes para los dos escuchándonos y viéndonos hacer el ridículo aunque esto era algo que tenía que pasar para que ambos pudiéramos cerrar ese ciclo que tanto nos hace daño.

-Pues como te parece que no -respondí tomando de la mano a mi hija y además dispuesta a irme de ahí

-¿Quién es ella?-pregunto Allan un poco confundido al ver a mi hija

-Ella es mi hija- respondí muy orgullosa a su pregunta

Me aleje dejando a Allan vuelto un ocho con todo lo confundido que se encontraba me dirigí a el apartamento pero lo único que deseaba era irme de ahí para no volver jamás pero esta vez no lo haría esta ves enfrentaría todo con valentía aunque me cueste todo .

Al llegar a casa ya estaban todos eso era lo último que deseaba yo no quería ver a nadie solo quería quedarme en mi cuarto y llorar por horas y horas hasta quedarme dormida pero como no podía hacer eso respire hondo y trate de no llorar frente a mis padre quien lo diría que mi primer día en Londres iba a ser tan pésimo como este. Mi padre al verme no aguanto la emoción que se colocó a llorar mi hermano corrió a abrazarme estaba tan emocionado, yo nunca lo había visto así nuestra relación siempre había sido pésima, después de abrazar mi hermano me acerque donde mi padre para darle un gran abrazo pero el en medio de lágrimas me dijo

-Gracias a Dios que estas de vuelta te echamos mucho de menos-dijo papa secándose las lágrimas que corrían por su rostro

-Si papa y esta vez no me iré mas-respondí dándole un beso en la mejilla

-¿Y ella quién es?- pregunto mi hermano con una mirada fija hacia mi hija

-Ella es mi hija-Respondí a la pregunta de mi hermano

-Tu hija-Dijo mi hermano muy emocionado

-Si tu sobrina, su nieta-dije haciéndole señas a mi princesa para que se acercara a saludar

Después de ese reencuentro con mis padres la única persona que me faltaba por ver era a Mauro y estaba tan nerviosa de encontrármelo que no me imaginaba como seria, que más podría salir mal ya nos habíamos hecho tanto daño en el pasado que lo único que me preocupaba era que lastimáramos a nuestra hija eso si nunca me lo iba a perdonar.   

¡UNA JOVEN NINFOMANA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora