El principio de una historia ya contada

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Aquella era una noche fría y seca, y Teresa se encontraba sola. Se levantó del sillón, y fue a la cocina para servirse un poco de café como era su costumbre aquellas noches frías, bebió un sorbo y aquel instante tan agradable fue turbado de pronto, hubo un gran estruendo afuera en el patio, Teresa se acerco a la ventana y observo a través de la persiana; se había levantado un poco de polvo y mientras se disipaba alcanzo a ver una silueta tumbada en la hierba de su adorado jardín.

Salió en bata y pantuflas a toda prisa para ver que había ocurrido de tal manera que casi tropezó con el pobre Micifú, miro pasmada; Tirado boca arriba se encontraba un sujeto, alto, de cabello negro y piel de un pálido casi espectral, este hombre al parecer estaba herido. Sin meditarlo un momento Teresa lo ayudo a levantarse y a entrar en su casa, con dificultad lo llevo hasta la sala donde un rato después se encargo de curar sus heridas.

Cassie 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora