Capítulo Narrado II

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Alan-Yatza

Alan había convencido por fin a Yatza de salir con el. Ambos se verían en una plaza cerca de la casa de Yatza.

El chico estaba nervioso, tenía una sorpresa que con ayuda de sus amigos la lograría.

Mientras el chico de ojos cafés esperaba, Yatza iba en camino a su primer cita, y no sólo con Alan era su primer cita en general. Caminando por la acera, imaginaba como sería su cita. Ellos sentados uno al lado del otro, mirándose fijamente, dejando que sus miradas hablarán por ellos.

También imagino su primer beso, dulce, tierno, lento. Pero que más da, su primer beso se lo daría su ídolo y el amor de su vida.

Alan estaba listo, sólo faltaba su cita para dar inicio a la gran sorpresa. No espero mucho, las puertas eléctricas se abrieron dejando ver a una hermosa chica, su cita. La chica corrió hasta Alan, el extendió los brazos. Se fundieron en un lindo y tierno abrazo.

-¿Estas lista? -dijo el chico viendo lo hermosa que se veía-

-Listisima

Ambos caminaron tomados de la mano hasta llegar al cine. Verian Alicia a través del espejo. Todo estaba planeado. Compraron las entradas, palomitas, refrescos y dulces. Cuando estuvieron listos entraron a la sala que les correspondía. Ella pensó que estaría llena la sala pues estaban a 2 minutos de empezar, pero se equivocó, estaba completamente vacía.

-Crei que por ser famoso querías una vida normal -dijo ella mientras se acomodaba en su asiento-

-Si la quiero, pero.... digamos que está vez quiero que sea diferente. A propósito debo ir al baño, no tardo.

La chica se quedó sola, tenía miedo. Comenzó la película y el chico aún no regresaba, tanto se podía tardar un hombre en el baño, pensó ella.

De los sillones salió un conejo blanco, bueno un hombre vestido de conejo.

-Se hace tarde, se hace tarde gritaba mientras corría de un lado a otro-

-Conejo ¿Que haces aquí? -la chica tallo sus ojos, el Sombrerero salió de atrás de ella- No ves que espantas a esta linda señorita

-Se hace tarde Sombrerero -siguió gritando el pequeño conejo-

-¿Tarde? ¿Para qué? -la chica tampoco comprendía, pero era entretenido ver esta escena. El conejo corrió hasta el sombrerero y lo jalo escaleras abajo- Volveremos hermosa

Después de eso Alan entró con un gran ramo de rosas. A su lado derecho estaba el conejo sosteniendo unos globos, y a su izquierda se encontraba el sombrerero con un gran oso de peluche. La chica no pudo más y comenzó a llorar.

-Princesa no llores -la tomo del mentón- Quiero que recuerdes tu primera cita y tu primer beso como nunca -acortó esa poca distancia entre los dos y la besó, un beso tierno y dulce tal y como lo imagino-

-Te amo Alan

-Yo también te amo princesa

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