Mundo de Oz; Ciudad de la mente humana

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Se sentía tan sólo, siempre amarrado a ese palo, con la misma vista hacia el mismo campo de maíz, y a lo lejos, se podía ver una cabaña vieja, abandonada y podrida.
Ningún cuervo se quería acercar a aquel espantapájaros, quiero decir, si se comían las mazorcas de su huerto, pero nunca se acercaban a él, y si alguno lo hacía, era simplemente para molestar.

Una noche, un cuervo jóven, de apenas unos cuantos años de edad, cansado de volar para encontrar la salida del mundo de oz, se posó tranquilamente en el hombro del espantapájaros, esa fue la noche en la que ese muñeco de trapo viejo, se fue sintiendo cada vez menos desdichado.

-¿Que es lo que haces? Quítate de aquí, vete a comer a otro lado, no ensucies mi camisa- dijo groseramente.

-No estoy comiendo, y aunque lo estuviera, ¿Que más da que hubiera ensuciado tu camisa? Se ha ensuciado tanto en estos años, que no creo que importe si le caen unos cuantos granos de maíz, ¿cierto?

-¿Es que no me escuchas? ¡Quítate! ¿No te espanto?

-¿Por que deberías asustarme? No te conozco.

Pareció haberle impresionado la respuesta de un cuervo tan pequeño como él, y que además de todo, no le había causado terror la cara del espantapájaros en una noche tan fría como esa noche.

-¿En donde están tus padres?- volvió a preguntar él.

-No lo sé, supongo que no tengo.

Por un tiempo se quedaron callados, observando las estrellas luminosas del cielo.

-¿Sabes tu que es eso?- preguntó el espantapájaros al cuervo, refiriéndose a las estrellas.

-No lo sé...pero algún día saldré del mundo de oz, y lo descubriré.

-¿Ese es tu deseo? ¿Salir de este mundo?

-Siempre lo ha sido...¿Cual es el tuyo?

-Tener un cerebro para pensar correctamente, como vez.... estoy hecho de simple paja.-hizo una breve pausa, y mirando a la vieja cabaña, añadió - Es triste, ¿no?

-¿La cabaña?

-No....el abandono.

Y así transcurrieron los días, un cuervo y un espantapájaros como amigos....irónico, ¿no?
Compartían sueños y esperanzas, y aunque el espantapájaros no podía correr, solían jugar a cualquier tontería.
Pero Un día, un tornado enorme y poderoso atrajo a una casa, de donde había salido una niña con un par de trenzas muy bien hechas, y un vestido un tanto extraño para los habitantes de oz.
Era más que obvio que la niña estaba asustada, no sabía en donde estaba y comenzó a vagar por doquier, encontrándose a muchos personajes en su camino, hasta que llegó al huerto del espantapájaros.

La niña le contó todo lo que había pasado al espantapájaros, y el cuervo, que estaba posado en su hombro como cada tarde, quizo ofrecerse para ayudarla a volver a casa

-Yo no puedo regresarte a tu casa, niña- comenzó a explicar el cuervo- pero hay alguien que puede

El espantapájaros y el cuervo se dieron una mirada cómplice, sabiendo a que se refería.

-¡El mago de oz!-exclamó el cuervo- El tiene poderes, ¡Y puede hacerlo todo!

-¿El mago de oz?- dijo curiosa la niñita- ¿En donde se encuentra?

-En la ciudad Esmeralda, el camino es peligroso, pero ya lograste la primera parte.

-¿Que cosa?

-Las zapatillas de la bruja que aplastaste, son mágicas y te protegerán.

-¡No quería aplastarla!. Ay no....¡Dejé mi amuleto de la suerte!

-¿En donde está? Puedo ir por él volando y no me tardaría nada.

-En mi casa.

-Iré por él, seguro que también es mágico, y podría ayudarte en tu camino.

El cuervo fue rápidamente volando, buscó y rebuscó entre todas las cosas rotas de la casa, y porfin, vió algo brillar como el oro. Lo agarró con su pico, y volvió a emprender su vuelo.

Al volver al huerto, ya no estaba nadie, incluso se le cruzó por la mente el pensamiento de que se había equivocado de huerto, pero no era así.

-Aceptalo, tu querido espantapájaros se fue con la humana rara- dijo otro cuervo mientras tragaba maíz.

-Él se irá con ella al mundo real, se hará un humano y conseguirá su sueño- dijo otro

-Tendrá una familia con esa humana, y tu seguirás atrapada en este mundo, sola como siempre lo estuviste.

El cuervo dejo el collar de la niña en el suelo, y voló con todas sus fuerzas hacia el cielo, cuando paró, vió a lo lejos a la niña y al espantapájaros.
Y así, fue día tras día, el cuervo los veía. Presenció de lejos como fue que encontraron al hombre de hojalata, al León, e incluso como derrotaron a la bruja malvada, y porfin, como llegaron ante al mago, y él, les concedió su deseo....a todos....

Al cuervo se le escapó una una lágrima al ver desaparecer a los cuatro amigos, sobre todo al espantapájaros...desvaneciéndose ante sus ojos, y apareciendo como un humano en el planeta tierra, aunque claro está, no pudo presenciar su forma humana, no todavía....

Al cuervo se le escapó una lágrima, la cual cayó en el sombrero del Mago.
Él olió la melancolía, y lleno de compasión, decidió conceder otro deseo.

-Y tu....¿Que deseas, mi joven cuervo?

¿Que deseas, mi joven cuervo?

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