Capítulo 1

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Después de haberse cambiado y haberse peinado como quería, salió del baño para volver a su habitación y meter el resto de libros que le quedaban. Hoy tendría dos horas libres y cuatro horas de estudio de asignaturas como Historia de España o Filosofía. Su hermano pequeño ya se había levantado cuando Víctor estaba en el baño y se encontraba desayunando en la cocina justamente cuando Víctor pasó por allí para coger dinero para comprarse algo de comer. 

-Te veo en el recreo, ¿vale? Y espero que no me diga algún profesor que eres insufrible, como me dijeron el jueves pasado. -dijo Víctor a Diego con un instinto paternal muy arraigado por culpa del divorcio, su hermano se quedó sin padre con muy pocos años y Víctor asumió el papel de padre en su lugar-

-Que si, tranquilo... Sabes que al final siempre me comporto genial, aunque la maldita tutora sea una idiota

-¡Esa boca! Bueno, que me voy yendo ya, hasta luego. Dile a mamá que no volveré hasta las 9 o así a casa que estaré con amigos. -advirtió a su hermanito y abandonó el piso. 

Vivir en un pueblo de Madrid no era lo mejor del mundo, pero podría ser peor. En su pueblo había pocas cosas pero al menos tenían la estación de Cercanías Renfe y podía ir a Madrid cuando le apetecía. El instituto no estaba muy lejos de su piso, un par de calles abajo y al final de ellas pero el frío de Diciembre afectaba mucho a Víctor por lo que, antes de salir del edificio, se subió la cremallera hasta el final de su cazadora de cuero negro y se ajustó bien sus pitillos negros, se repeinó en el ascensor y por último salió a la calle viendo a algunos de sus compañeros, con los que no tenía trato, ir en la misma dirección. 

El frío de la calle le envolvió en segundos, tembló unos momentos para entrar en calor y empezó a caminar rápido para llegar a clase bien de tiempo. El camino no reservaba nada nuevo a Víctor por lo que cuando llegó a clase se sentó en su sitio, al lado de una amiga y al lado de un chico con el que no tenía trato. Pronto empezó el chico a hablar con el resto del mundo y Víctor solamente sacó sus cosas de la materia que tocaba esa hora: Filosofía.

-¡Víctor! ¡No seas tan aplicado y pásate al lado oscuro conmigo! -dijo su amiga mirando los apuntes que tomó Víctor en la clase anterior- sigo sin entender por que te salen apuntes tan buenos y a mi apuntes de mierda...

Víctor rió unos segundos levemente y volvió la vista a su amiga para mirarla a los ojos. -pues porque yo me esmero en tenerlos bien y en entenderlos bien, si no no puedo estudiar filo.

Todos se sentaron en su sito porque venía ya la profesora de la materia correspondiente, pero Víctor y su amiga siguieron hablando un rato sin darse cuenta, aunque hablaban bajito para que el otro compañero no se enterase de que hablaban. La mano derecha de Víctor fue hacia su bolígrafo azul y la otra a su estuche negro. En más de una ocasión se repeinaba el moreno pelo cuyo flequillo se iba hacia delante con extrema facilidad. La clase estaba ocupada por unos 37 alumnos más o menos de los cuales 20 hablaban siempre y otros 8 hablaban más bajito, Víctor no hablaba mucho porque luego se vería resentido en sus notas todo y su madre se sentiría decepcionada. 

Cuando acabó el horario escolar, por fin para Víctor, pudo irse con una de sus amigas y su amigo a casa de su amigo, Ángel a estudiar un poco y a jugar a League Of Legends. Antes de salir en el coche de su amigo hacia su casa, pudo ver a ese chico rubio que le gustaba, ese chico iba a su clase pero hasta hace poco no descubrió que le gustaba, hasta ahí, nada de ser el hombre de su vida, nada de quererle o amarle... Nada. Seguramente fuera hetero y no quería verse Víctor en un problema de desamor enorme, aunque los sufría constantemente: todo parejitas a su alrededor, hasta sus amigos y él... Estaba solo sin nadie que le dijera esas palabras o le hiciera esos gestos cariñosos que tanto le gustaría tener.

En la casa del amigo de Víctor se vio lo que le pasaba a Víctor: su amigo se estaba besando con su amiga y él se sentía algo desplazado, el decía que nunca encontraría el amor pero hasta su amigo lo consiguió, cada día que pasaba tenía más claro que no era el indicado para tener relaciones o que dejaba el listón muy alto.

Tras unas partidas de League Of Legends y unas coca colas, Víctor llegó a su casa con la mochila gris que tenía colgando sobre un hombro, su madre estaba haciendo la cena: croquetas caseras; su hermano estaba haciendo algunos deberes y él... Bueno, Víctor solamente estaba por estar. Se fue a su habitación saludando con un beso en la mejilla a su madre y dejó la mochila en su cama situada en un extremo de la habitación pegada a la pared porque necesitaba espacio y eso que la habitación era pequeña. Pero, justo antes de darse una ducha para quitarse todo el mal olor acumulado durante el día, llamaron a la puerta.

-¡Víctor abre tú que estoy con el fuego! -dijo su madre desde la cocina aunque estaba más cerca de la puerta que Víctor.

-¡Ya voy mamá! -dijo corriendo hacia la puerta y abrió, sorprendiéndose al ver quién era-






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