Amarga despedida

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Esta vez me despertó un sonido,

pero no era un mensaje suyo

sino la alarma del despertador

indicando un final aterrador.

Hoy Carlos se marchaba y quizá

para siempre a pesar de sus promesas

de volver a verme.

Quería parar el tiempo

para que la despedida no 

llegara y que él para siempre

conmigo se  quedara.

Pero por desgracia,

no tenía ese poder

y ir a despedirle 

era lo mejor que podía

hacer.

Mientras iba caminando

hacía la estación,

notaba como el dolor

inundaba mi corazón.

Cuando llegué me temblaban

las piernas no quería entrar,

no podía verlo marchar.

Me armé de valor

y me tragué mis lagrimas,

esta vez me prometí no llorar. 

 pues eso solo lo conseguiría empeorar.

Así que, busqué el andén donde

iba a parar el tren al que se subiría

mi primer amor, y con él

mi pobre corazón.

De repente, le vi  sentado

en el andén 4 A

estaba muy triste

y sus padres le intentaban consolar,

mientras yo intentaba no llorar

Me acerqué hasta él y cuando

me vio, se dibujo una sonrisa

en su rostro que aceleró

los latidos de mi corazón.

Sus padres me saludaron

y se alejaron para que pudiéramos

despedirnos y a la vez hundirnos.

Una vez se fueron, intenté hablar

pero  las palabras no salían

y rompiendo mi promesa me

puse a llorar.

 y así fue como

las lagrimas expresaron

lo que sentía mi corazón.

Sus padres avisaron 

de que en tres minutos

llegaba el tren, 

tres minutos, tan solo

tres minutos me quedaban

para despedirme de él.

El me besó y mientras

me secaba las lagrimas tiernamente,

me susurró lentamente:

"Alba te quiero. Te conocí 

por casualidad y acabaste 

siendo el motivo de mi felicidad.

Prométeme que no estarás mal

y tarde o temprano te vendré a visitar.

Nos juramos amor eterno 

¿Te acuerdas?

Pues cumpliré la promesa

y volveré a por ti, a por

mujer que me hace feliz

y con la que quiero pasar

el resto de mi vida,

lejos o cerca da igual 

pero de ti no me separé jamás.

Y con estás palabras se despidió

y se subió al vagón

y con el se fue mi corazón,

Mientras yo me quedé 

llorando en el banco de la  estación

viendo como se iba mi primer amor.



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