Tal vez si las personas se sintieran más orgullosos de nuestras virtudes en vez de remarcar nuestros defectos. Sin nos alentaran hacer las cosas hasta que salgan bien, en vez de contar nuestros errores. Si nos motivaran a luchar por lo que queremos, en vez de gritarnos lo que nunca llegaremos a ser. Tal vez no hubieran alimentado tanto nuestras inseguridades, no tendríamos tanto miedo a fracasar.
