Has pedido un deseo a una estrella. Lo que tu no sabes es que en realidad esa estrella es un satélite, tu deseo ha sido registrado y pronto se te asignará un agente que hará lo necesario para que tu deseo se vuelva realidad.
Reglas del agente:
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Esa fue la última conversación que Mirai mantuvo con Hansol antes de subirse a un taxi e huir de regreso a Japón. La muchacha no se había tomado el tiempo para empacar mucho, dejó la mayoría de sus cosas, ya que solo estaría fuera hasta que sanara de la nueva herida formada en su corazón. Seguiría pagando el mantenimiento del departamento, pero ella no estaría ahí.
Llegó al aeropuerto dispuesta a marcharse. Tenía la más ligera esperanza de que Hansol llegaría a buscarla, a detenerla, pero nunca llegó. Pronto llamaron a los pasajeros para ella vuelo hacia Japón, y era su momento de marcharse. Entró lentamente al avión, aun con esperanzas de que Hansol llegara, pero el no estaba ahí.
Tomó un gran suspiro con los ojos llorosos y entró al avión, que tan sólo unos minutos después cerró sus puertas y tomó vuelo hacia Japón.
Hansol ni siquiera se había acercado a la puerta después de su discusión con Mirai. Simplemente se quedó en el departamento, sin llorar, sin hablar, simplemente con el corazón roto.
"La perdí y ya no hay nada que pueda hacer." Pensó Hansol mientras se acercaba al cuarto de la muchacha. Sus sábanas aun estaban deshechas, e inundadas con el aroma de la muchacha. Se recostó en esta e inhalo con fuerza. Lo más probable es que ese aroma desaparecería con ella, y esta sería la última vez que lo oliera.
Mirai llegó a Osaka unas horas después. Sonrío al ver su pueblo natal igual a como lo había dejado años atrás. Caminó por los ocupados pasillos del aeropuerto y llegó afuera, donde ya la esperaba su mejor amigo.
- ¡Mahoto!- Mirai corrió hacia el pelinegro y lo abrazó con fuerza, el más alto río y acarició el cabello de Mirai.
- Te extrañé Mirai, ¿porqué nunca me llamaste? ¿Y porque regresas te tan repentinamente?- Preguntó Mahoto con una sonrisa y Mirai hizo un ademán de manos.
- Te lo explicaré en el auto.- Dijo Mirai mientras caminaban a la salida del aeropuerto. Mirai analizó el estacionamiento, pero no vio rastros de ningún auto conocido.
- Acerca de eso...- Mahoto comenzó a manejar hacía una motocicleta de último modelo, era increíble, y tenía dos cascos.
- ¡¿Realmente iremos en esa cosa?! ¿Cómo llevaremos mi maleta?- Preguntó sorprendida Mirai y el solo tomó la única maleta que llevaba Mirai y la subió en la parte de atrás de la motocicleta.
- Tienes que agarrarte con fuerza.- Le dijo Mahoto a Mirai mientras ambos se montaban en la bicicleta. Mirai pasó sus brazos por las caderas de Mahoto tímidamente y ahí hizo su agarre más fuerte. El muchacho arrancó la motocicleta y salieron disparados hacía la casa de Mahoto.
Mientras tanto, Hansol seguía tirado en la cama, dormido. Inhalando los poquitos restos de aroma de su primer amor. Unos minutos después se levantó y se dispuso regresar a los cuarteles. Aún tenía los ojos hinchados de tanto llorar, y todo el se veía como un desastre. Tomó su chaqueta, cerró la puerta con la llave que tenía y caminó de regreso a los cuarteles.
Mirai y Mahoto llegaron finalmente al edificio de departamentos, se bajaron, Mahoto cargando la maleta de Mirai, y entraron. Al parecer Mahoto era bien conocido por ser el chico "más adorable" del edificio, hasta las viejas caían en sus encantos. Entraron al departamento de Mahoto e instantáneamente Mirai corrió a recostarse en el sofá.
- Estoy agotada.- Confesó Mirai a su amigo mientras inundaba su rostro en la almohada del sofá. Mahoto se arrodilló frente a ella y sonrió al verla de ese modo. Aún tenía el mismo olor a miel como el día en que se fue a Corea.
- Me gusta que estés de regreso, ahora no te dejaré ir.- Dijo Mahoto mientras acariciaba la cabellera de Mirai y está le sonreía. Ahora cómo le diría que tiene que regresar, una idea llego a la cabeza de Mirai.
- Ven conmigo a Corea.- Le dijo repentinamente y el más alto la vio sorprendido.- Todavía tengo que terminar mis estudios, y no me traje todo de casa, tengo que regresar, ero si tu vienes conmigo todo será mejor.- Le dijo Mirai con una sonrisa, olvidando por completo su problema con Hansol.
- De acuerdo, iré contigo, pero hay que quedarnos aquí unas semanas, ¿vale? - Le dijo Mahoto con una sonrisa y Mirai asintió, para después abrazar a su viejo amigo. Extrañaba aquellos brazos, y no eran los de Mahoto.
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Ahora si empezamos con el iluminati amoroso.
Este pedazo de pastel es Mahoto Watanabe
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Es un youtuber japonés y el otro día lo vi y pos me 'namoré.
*foto de como se veía Hansol oliendo la cama de Mirai en multimédia ♡*
Aquí el cap de hoy, no olviden votar y comentar algo bello. También agreguen el libro a su biblioteca pa' ver cada cuantos siglos actualizo.
