Un poco Perdida

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Lo malo de que es lunes es saber que es lunes. Es como cuando sabes que pisaste agua con tus medias. Es un asco. Más cuando sabes que es lunes, estás consiente de que es lunes, de que acabas de pisar agua con tus medias favoritas mientras mi tía Sarah no para de gritar que vaya a desayunar para llegar temprano a mi noveno colegio, en menos de dos años.

-Emma, por el amor de Dios, baja a tomar tu desayuno, yo me iré al trabajo. Recuerda que el lavamanos del baño de tu habitación está malo, y el suelo está mojado. Te amo cuidate. - Se escucha el cierre de una puerta y asumo que tengo la libertad de cambiarme de medias para volver acostarme y olvidarme de que es lunes, pero no lo haré. Ya no evitaré más estos momento.
Mañana será mi primer segundo día es esta maldita escuela, y así hasta el final de año donde me iré a la universidad para allá tener mi primer primer día de universidad. Yupi.

Abandono mi plan B, esperando que sucede al plan C "Un apocalíptico final zombie". Plan, que sé que no sucederá. Al menos hoy.

Salgo de la cama hecha un rayo y me dirijo al baño para darme un ducha rápida. Me colocó un poco de maquillaje en las pestañas y un rubor suave.

Cuando ya estoy lista, corro hacia mi habitación y saco el primer vestido que mis dedos alcanzan a tocar del armario.
Bendita sea tía Sarah por mantener toda la ropa planchada y limpia.

Bajo corriendo las escaleras, evitando cualquier obstáculo, lastima que se me olvida que el maldito último peldaño está un tanto suelto, lo que hace que me caiga cada vez que lo piso.

-¿¡EN SERIO!? - grito desde mi no-cómoda posición acostada en la escalera. -¿CUÁL ES TU PROBLEMA UNIVERSO? PRIMERO ES LUNES, LUEGO LAS MEDIAS ¿Y AHORA ESTO? - le digo señalando el dedo medio a la fuerza misteriosa del día mala-suerte-lunes.

No tengo tiempo para tomar desayuno así que vierto el café en una termo para llevar líquidos y saco unas galletas de la despensa para ir comiendo en el camino. Cuando meto todo a mi cartera, paso por adelante el calendario que está pegado en el refrigerador.

-Me las pagarás maldito- digo señalando con el índice al maldito lunes escrito en el calendario. Sacó el plumón para anotar los recordatorios de tía Sarah, y escribo:

"No me gustas lunes"

Hecha mi venganza, me lavo los dientes en el baño del primer piso, sacos las llaves del cajón y salgo de la casa esperando que mi primer noveno día de clases, no sea como los anteriores ocho.

-Vamos Emma, solo serán unos pocos meses. Pronto, ya serás libre. - me digo dándome ánimo. Enciendo el motor, escribo la dirección de la escuela en el GPS, respiro profundo, y acelero esperando que avisen por las radios que cae nieve en pleno verano junto con un temible y maléfico ejército de zombies atacando la ciudad.
Nada. Tampoco esperaba que sucediera.

Cuando llego a lo que me imagino que es el estacionamiento de la escuela, busco algún espacio que tenga sombra, con este calor infernal, vamos a terminar todos fritos.
Bajo de mi auto y siento una oleada enorme de calor, junto con grito de adolescentes con hormonas alocadas.

-Esto será horrible- me digo a mi misma - Muy bien Em, repasemos: tienes que ir a la oficina de la secretaria para que te entregue tu nuevo horario. Después tienes que ir a tu primera clase, para ello, debes recorrer este zoológico de jugadores de fútbol, animadoras, científicos locos, entrenadores, y uno que otro adefesio suelto. Luego te sientas, harán que te presentes y luego tomarás asiento de nuevo, y así será hasta fin de año. Nada grave. Nada sale lesionado.

Si me pagaran por abrir mi boca y que justo ocurre algo contradictorio a lo que dije, seria millonaria.
Cuando terminó de decir mi frase de auto-ayuda, cierro la puerta de mi auto, apretando mi mano derecha, dejando que mi cartera caiga y yo suelte un grito karateka.

- Oh Dios mio, oh Dios mio, no digas palabrotas Emma, no digas palabrotas- me digo tratando de recoger las llaves que cayeron al suelo mientras mi otra mano sigue atrapa en la puerta.

-¿Necesitas ayuda?- dice una voz masculina. Bien, ahora seré las noticias del diario escolar.

- ¿Qué crees Einstein? - Le digo, sin levantar la mirada, para que no me reconozca el día de mañana como "la-idiota-que-dejo-su-mano-atrapada-en-la-puerta-del-auto"- Si dos mas dos, son cuatro, ¿Con qué crees que se abre una puerta del auto?

-No sé, yo solo quería ayudarte- dice, y me imagino que levanta sus hombros en forma de no saber nada. Idiota. Luego veo que sus zapatillas dan media vuelta, y se aleja.

-¡Hey! No por favor , por favor no te vayas. Verás, mi día ha sido una mierda desde que me levanté pise agua con mis medias favoritas, luego me caí en la escalera, y ahora me apreté la mano con la puerta. Sin contar que es mi primer día en esta escuela, a la que en realidad no quería venir. Ayúdame por favor y te daré cinco dólares pero por favor ayúdame.
Nunca me he encontrado una persona patética sé que soy linda, al menos eso me dice mi tía Sarah cada vez que le digo que ningún chico se fija en mi. Pero ahora, sinceramente, creo que soy la persona mas patética del universo.

No sé si la mala circulación de mi mano afectó a mi cerebro, pero creo que lo escuché reír. Luego veo sus zapatillas se vuelven a acercar y toma mi cartera.
-Si que eres patética- dice mientras abre lentamente la puerta de mi auto para no hacerme más daño, y sin darme cuenta, levanto mi mirada y lo veo - La persona más patética y con unos ojos tan lindos.

Dios, si alguna vez me toca escribir una diccionario, y me toca definir la palabra "hombre-maravilloso-guapo-sexy-hermoso-lindo", definitivamente, me tendría que conseguir una foto de este guapetón para toda una plana, más bien, para dos planas. Que dos planas, un tomo de diccionario dedicada solamente a sus hoyuelos, ojos color celeste cielo, y su cabello despeinado.

-Eh, creo que gracias, de verdad- digo afirmando mi mano derecha contra mi pecho - Seguiría atrapada ahí si no hubiese llegado, de verdad, te debo la vida.

-No te preocupes, se me había quedado el regalo de mi novia en el auto y te vi atrapada, y más que nada quise hacer mi buena labor del día -y hace un no sé que co su mano derecha sobre su pecho, debe ser alguna especie de niño explorador en su pasado, o es un retardado.
Espera, dijo...novia... Mal día lunes. Mala semana. Mala año. Mala vida.

- Gracias, y toma - digo sacando los cinco dólares de mi billetera - Lo prometido es deuda - le digo evitando darle una mirada más a sus ojos, antes de salir a comprar me algún avión de segunda mano para salir a volar y perderme en ellos.
Si que soy una persona patética.

- No te preocupes - me dice negado con su mano - Y por cierto, me llamo Aaron - termina de decir eso, y alguien de los alrededores los llama, debe ser la novia o algún amigo ojala algún amigo. - Nos vemos luego niña- y se va.

Nota mental: palabras que odias hasta el minuto
• Lunes.
• Brocoli.
• Sudor.
• Tarea para la casa.
• Examen sopresa.
• Aaron.