Mis padres siempre han cuidado muy bien de mí, por el hecho de ser la única hija en casa me cuidan como a una pequeña. Desde que mi hermana mayor se fue a estudiar al extranjero.
Cuando regrese a casa mi padre estaba leyendo el periódico, como era habitual solo leía la parte que hablaba de política, mi madre en cambio leía libros de poemas, ambos se sentaban a la misma hora todos los martes jueves y domingos.
Cuando entre, me quite el abrigo y lo coloque con cuidado en el perchero, mi madre me miro de pies a cabeza, desde donde estaba sentada, para asegurarse de que estuviera bien, y que no me hubiera pasado nada.
Después de pasar por la inspección de mi madre, me coloque aun lado de mi padre tomando asiento en mi sillón preferido, y con una seña hecha con los ojos le pregunte que había de nuevo en el periódico.
-Oh! Nada cariño, lo mismo de siempre, discusiones entre candidatos y leyes no aprobadas – Dijo con su voz grave, masculina y esa forma tan peculiar de articular las palabras. Y sin quitar la vista de lo que leía.
-¿Cariño quieres un poco de té? – pregunto mi madre mirándome y señalando la tetera en la mesa de centro de la gran y espaciosa sala de la nueva casa a la que nos habíamos mudado.
Para mi suerte la nueva casa se encontraba unas cuadras mas cerca de la casa de Alis, y mucho mas cerca del parque que nuestra antigua casa. Eran dos puntos a mi favor.
-Gracias madre, pero estoy un poco cansada, iré a mi habitación a dormir un poco.- conteste levantándome y haciendo una seña con la mano que los hizo entender que iría arriba a mi habitación, y a lo cual asintieron ambos con la cabeza.
Subí lo más rápido que pude a mi alcoba, que estaba en el segundo piso casi al final del pasillo justo una puerta antes de la habitación de huéspedes, donde se quedaba mi hermana cuando nos visitaba y frente a esta la de mis padres.
Cuando ya estuve dentro cerré la puerta. Me lancé a la cama y me cubrí la cara con una almohada y comencé a reír. No sabía porque lo hacía nunca reía sola, solo cuando estaba con mis padres y mis amigos. El estómago me haca cosquillas, como si tuviera muchas y pequeñas mariposas revoloteando por doquier o quizás fuese el hambre que tenia.
Cuando fue la hora de la cena mi madre subió a buscarme, me había quedado dormida. Así que decidió no despertarme. Un par de minutos después de que mi madre salió de mi habitación me desperté, pues moría de hambre, camine toda somnolienta hacia las escaleras y me detuve en la pared oculta al escuchar a mis padres.
Mis padres siempre hablaban de sus planes a futuro, esa noche hablaron sobre mi universidad, querían que entrara a una de excelente prestigio. Aunque aun me faltara un año para graduarme de la preparatoria.
-Eh estado viendo las opciones de universidades- dijo mi padre viendo a mamá al otro lado de la mesa en la cual caben diez personas, mientras Yolanda, la cocinera, le servía la cena.
-Y dime, ¿Qué te han parecido? – pregunto madre con mucho interés- hoy han venido a dejar un folleto de la nueva universidad de la cuidad. - dijo con una enorme sonrisa.
-Dos, dos fueron las que me parecieron bien, las han calificado como buenas escuelas. – comento mi padre con expresión de duda.- ¿Cuál es la universidad nueva que dices?
-Una que es del extranjero. – dijo encogiéndose de hombros y empezando a comer.
En ese momento baje corriendo la escalera, a reprender a mi madre por lo dicho.
- ¿Qué? - dije con tono amenazante y un poco molesto.
- Cariño te has levantado, ven toma asiento- me indico mi madre señalando una silla cerca de ella.- ¡Yolanda! sírvele la cena a Taisa, por favor- grito sin dejarme de ver, con su cara de que algo tenia planeado.
- ¿Qué es eso de una universidad del extranjero?- dije mirándolos a ambos de lado a lado.
- Solo es una opción cariño, tu madre y yo nos estamos informando - comento mi padre señalando a la mujer que estaba al otro lado de la mesa.- Nos interesa tu futuro.
- Tu padre tiene razón- dijo mi madre tomando mi mano con la suya y con la otra acariciando los mechones que tenia desacomodados por dormir.
- Pero, eso es decisión mía ¿no?- dije quitando mis manos del agarre de mi madre- es decir, yo soy la que va a estudiar, yo debería tomar la decisión de a cual ir.
Mis padres se quedaron en silencio, mirándose uno a otro, mientras Yolanda llegaba con mi cena. Luego vi que padre asintió mirando a mamá y luego desvió su mirada hacia mi.
- Tienes razón hija, tu tienes que elegir una escuela conforme a lo que estudiaras- de su boca de escapo una pequeña y apenas notable sonrisa.
- Gracias! - mire a madre que me miro como dándose por vencida.
- De nada cariño- Dijo tras un suspiro y volviendo a su cena.
Cuando ya estábamos terminando de cenar mi madre hizo una cara de como si hubiera recordado algo. A la cual después de verla mi padre y yo soltamos una carcajada.
- ¿Qué pasa madre?- dije sin dejar de reír- ¿Madre?
- Cariño, no compramos tu útiles escolares que necesitaras este semestre. - dijo volviendo en si y mirándome preocupada.
- No te preocupes aun me quedan algunas cosas del pasado, y aun están nuevas. - dije intentando tranquilizarla. - Y si me falta algo mañana lo compro.
- ¿Tienes listo tu uniforme? - pregunto madre aun más preocupada, y al ver que no contestaba, se preocupo aun más- ¡Taisa!
En ese momento Yolanda interrumpió. Una señora mucho mayor que mamá, que llego un día cualquiera buscando trabajo hace un par de años, ya era como de la familia.
- Yo ya se lo aliste señora, esta colgado en el closet de la niña Taisa- dijo alegremente hacia madre para luego girarse hacia mi y guiñarme un ojo.
Solo pude reír, pues Yolanda siempre estaba al pendiente de todos, era una gran persona y se preocupaba por mi. Cuando terminamos, me ofrecí a llevar los platos sucios a la cocina, ahí estaba Yolanda, me acerque y le di las gracias, luego me retire, era tarde y tenia escuela al día siguiente. Al salir de la cocina me encontré a mis padres en la sala.
- Buenas noches- dije sin dejar de caminar hacia las escaleras.
- Buenas noches cariño- sonaron al la vez los dos.- Descansa.
Sin más, me dirigí a mi habitación, el sueño ya me estaba ganando, me quite lo mas rápido que pude mi ropa y me coloque la pijama, luego encendí mis luces de noche, una cadena de focos pequeños de navidad que había colocado por todo alrededor de mi habitación, después de esto me tire en la cama y no tarde en quedarme dormida.
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Amor & Deber.
RomanceEntre el amor y tu deber... ¿Qué elegirías? Taisa es una joven aparentemente normal, su vida va en control hasta que conoce al 'El Chico', no cualquier chico, y tendrá que tomar una decisión entre el amor y su deber.