No necesito hacer algo tan ridículo [KaixReita]

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Resumen:

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Resumen:

the GazettE necesitaba vacaciones, Kai se encargó de conseguirlas.

Una semana de descanso, sin intervención de la compañía, en una casa de playa.

Ninguno objetó, la idea les encantó; sin embargo, uno de ellos se arrepintió a los tres días de estancia.


Kai, como buen líder, hizo lo posible para Reita se quedara y disfrutara tanto como él; puso en marcha una gran idea, pero... no todo sale como quiere, aun así se las arregla para cumplir su cometido.

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Era un día caluroso, demasiado caluroso, pensaba él. Aunque debería sentirse acostumbrado, pues hace tres días arribaron a ese lugar; el hecho de que estuviera irritado al extremo lo decía todo acerca de su deseo por irse de aquel horrible lugar.

Ya falta poco, sólo unos días más...

Al sentir el sudor descender por su sien, de alguna manera se convencía.

Cuatro días más, no lo soportaré...

Porque quería irse de allí, regresar a la ciudad, tener aire acondicionado 24/7, reiniciar con la rutina de componer música y presentarse en conciertos frente a la audiencia; pero sobre todo, porque deseaba poder comer una jugosa sandía en verano, que es lo normal. ¡Joder! Que en Japón lo más común, a medio verano, es comer esa grande, deliciosa y dulce fruta... por el contrario comer cerezas es, si no inverosímil, atípico.

− Casi no haz comido, tu tazón está medio lleno. ¿Acaso saben mal?− Yutaka, como siempre, recibía el verano alegre y realizaba aquella actividad como si nada. Sin queja alguna vació el tazón.

− Preferiría una sandía.− diferente a Akira, quien con la cabeza agachada mira casi con desprecio el recipiente posado encima de sus muslos, repleto de bolitas rojas.

Los dos hombres se encontraban afuera de una cabaña, sentados uno al lado del otro en la misma hamaca colorida, meciéndose al suave ritmo de los vientos frescos y algo cálidos de la playa; refugiados bajo la sombra de un techo compuesto por ramas de palmera y sintiendo la arena escurrírseles entre los dedos de los pies. Más allá, las olas rompían contra la orilla y el sonido del mar tranquilo viajaba hasta sus oídos.

− Yo también, pero ya no hay. De haber supuesto que Takanori y Yuu atacarían la nevera consumiendo cualquier fruta, hubiese traído reservas como para un mes.− suspiró, sin despegar la vista del sereno paisaje, comió la última bolita roja sobrante.

Su acompañante asintió. No reclamó, puesto que no era culpa del batero, sino de sus amigos; quienes hace más de media hora habían tomado curso hacia el mercado cercano de donde estaban situados, para abastecerse de más alimentos. Debido a la desconfianza, Kouyou se ofreció a vigilar que el vocal y segunda guitarra no despilfarraran el dinero, así Yutaka y Akira permanecieron solos en la cabaña. Tanto trabajo merece vacaciones, gracias al trato que el líder y el manager acordaron, para descansar rentaron una propiedad privada.

Desechos Tóxicos (the GazettE, Slash, Kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora