Maemi [KaixUruha]

148 7 0
                                    



Resumen:


Kai no le dice «Te quiero» con palabras, sino con acciones. Como aquella vez que «su sonrisa» se perdió y el batero lo buscó por toda la ciudad.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


________________________________________________


Uruha comenzó a morderse las uñas tres horas después de que su gato se esfumara por la ventana del apartamento, posiblemente caminando por el alfeizar, como hubiera hecho Kai en caso de que se le hubiese caído: a) Un zippo de su colección. b) Un zippo de su colección y una baqueta. c) Un zippo de su colección, una baqueta y un redoble suelto de su batería. Soltó un suspiro fastidiado, no debió recordar eso, de hacerlo le daban ganas de golpear al batero por ser tan descuidado y torpe con sus cosas; la semana pasada ocurrieron las tres «opciones», ni eso le preocupó tanto como la huida del gato. Tal vez se preocuparía más el día en que Kai caiga por la ventana, aunque no mucho, ya que justo a ese lado se encontraba unida la azotea del edificio de menor estatura.

El guitarrista se dejó caer en el sillón más amplio de la sala, estaba en el departamento del otro e igual hacía lo que quería. Había ido de visita con un gato que adoptó hace un mes, no era muy dado ni a cuidarse a sí mismo, no entendía cómo es que el gato, gris con pelaje blanco en las patas e irises de distinto color (blanco y azul), continuaba vivo después de pasar ese tiempo bajo su manto; posiblemente sea porque la mayor parte del día lo pasa metido ahí y quien presta mayor atención al animal sea el batero.

Entonces, ¿Para qué adoptó al minino? Porque Kai le insistió hasta convencerlo. Quería que tuviese compañía cuando él no estuviese presente, por culpa de alguna reunión con el Staff u otra razón. «Así como Ruki tiene a Koron, quiero que no te sientas solo y halla alguien a tu lado para que se mimen entre ambos.» Le había dicho en aquella ocasión. «Los gatos y los perros tienen bastante energía, pero los gatos son remolones y duermen gran parte del día, así que no te supondrá mucho problema.» seguido, aquel simpático hoyuelo hizo acto de presencia, derribando todas sus barreras, aunado a que cargaba con el animal en brazos y la carita tan tierna que mostraron ambos le hicieron ceder.

− Maldito Yutaka y su mirada de infinita inocencia, que es más falsa que una guitarra de cuerdas.*− bufó, soplando un mechón color ceniza que le tapaba la vista.

De todos modos, le tomó cariño al felino y... se acostumbró tan rápido a sentirlo restregarse en sus tobillos al llegar a su hogar, a escucharlo maullar y ronronear al recibir mimos.

Echó la cabeza hacia atrás, recostándola en el espaldar. Se notaba cansado y afligido, no sabía a dónde buscar, ya que seguramente el pequeño andaría de un lugar a otro; pero trataba de mostrarse indiferente, perdido en la nada como siempre andaba.

Desechos Tóxicos (the GazettE, Slash, Kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora