50 rayas. Una tras otra.
Un día, aquel hombre entró en la habitación y me soltó de las apretadas cadenas que me sujetaban, la puerta estaba cerrada con llaves así que no intente escapar.
-Te voy a traer a un amiguito, espero que os llevéis bien pues vais a tener que pasar mucho tiempo juntos.
-Por favor sueltame y dejame salir de aquí. ¿Que quieres de mi? Sólo dímelo.
- Te quiero a ti.
-¿Que dices?
-Necesito algo que tu tienes.
-¿El que necesitas de mi?-grité
-No me grites.
-Pues sueltame-le ordené.
Me empujó contra la pared y me tapó la boca.
-A ver si lo entiendes, necesito que te calles, si alguien se entera de que te he quitado las cadenas nos mataran a los dos, ¿entiendes ahora?
-Si-asentí.
Se dió media vuelta y se fue, sin decir nada más, yo me quedé pensativa... ¿Acaso era algo de vida o muerte?¿Que podría contener yo?
A la mañana siguiente trajo a un chico y nos encadenó a la pared, a los dos.
-¿Quien eres? ¿Que hago yo aquí? Dejadme salir- gritó.
-Tranquilo- le mire- no nos puede oír nadie, ya lo he intentado. Yo soy Maria, me metieron aquí hace 51 días, ¿ves las rayas de ahí?-las señalé- cada raya es un día aquí metida. Yo tampoco entiendo nada, y cada vez me hago mas preguntas, y sigo sin entender nada, lo único que he comprendido aquí es que solo puedo esperar, esperar a que me digan algo o a que me suelten.
-¡Dejadme salir! ¡Soltarme! Por favor...por... favor.
-Es inútil, no lo harán.

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∆18∆
Mystery / Thriller¿Que pasaría si amas lo que nunca pensaste que te podría llegar a gustar?