Cameron podría tener a cualquier chica a sus pies, pero no a Leah. Esta misma se ha vuelto su reto personal, hará cualquier cosa para tenerla, hasta jugar sucio. Leah ha jurado nunca más caer ante un chico como Cameron, por lo cual el juego es mucho...
Me encontraba frente al estudio, los vitrales a mis lados me revelaban fotos preciosas de personas, autos, bodas, flores y todo lo bello de la vida que Thomas ha de haber visto desde que consiguió su primera cámara.
Limpie el sudor de mis manos y tire de la puerta un tanto fuerte, me vi impulsada hacia atrás pero en mi afán de no soltar la puerta e impulsarme hacia el frente caí de rodillas en el segundo de tres escalones.
Maldije en mi interior escuchando como alguien en el interior del estudio corría en mi dirección preguntando si estaba bien múltiples veces, odiaba llegar a ser torpe, ciertamente de no ser porque Stefan se empeñó en hacerme una chica buenísima para todos los deportes ya habría muerto, o algo así. No fue sino hasta que levante la mirada que descubrí a una castaña con cara angelical intentando ayudarme, la preocupación se palpaba en su bellísimo rostro a simple vista.
-Eh- comencé a balbucear y ella intensifico su mirada, ¿Qué me pasaba? Sacudí mi cabeza levemente- sí, claro, solo...- mi cara se calentó y al instante supe que se había tornado de color carmesí por la vergüenza, carraspee y ella rio levemente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Tranquila, ¿Leah cierto?-sonreí y le extendí mi mano, preguntándome como me conocía, que yo sepa mi torpeza tampoco es tan legendaria. Ella me ayudo a levantar y me guio al mostrador- Soy Tamara, ayudo a mantener este estudio a flote- soltó una risilla sumamente contagiosa- contacte a tu abuela cuando te publicaron aquella foto en el periódico escolar, también asisto a Franklin Towne- dijo refiriéndose a nuestra escuela- y entonces busque tu blog como loca, y cuando vi lo buena que eres- comenzó a hablar cada vez un poco más rápido- casi muero de la impresión, tienes un magnifico talento. No dude un segundo en mostrárselo a Tom, es decir, tenía que verlo, y así me pidió que consiguiera tu teléfono, ¿sabes lo difícil que fue robarlo de la secretaria?- mis ojos se agrandaron de la sorpresa y el miedo, ¿enserio robo mi numero?
Justo cuando pensé que no podía asustarme más, una voz demasiado ronca irrumpió mi charla con Tamara, charla en la que solo asentía sin prestar la mínima atención, ¿Quién roba un número en vez de pedirlo?
-Ya Winter, ¿no ves que la espantas?- se me erizaron los bellos al escuchar esa voz, pegue un brinco y me lleve la mano al pecho, Tamara comenzó reír.
-Leah, el magnífico Thomas Oliver ha llegado- soltó ella tan irónica como le fue posible sin apartar la bella sonrisa de su rostro.
Me prepare y rápidamente di una vuelta sobre mis pies para poder conocer a mi jefe. Tuve que reprimir mis hormonas al momento de verlo, estaba buenísimo. Tenía una asombrosa musculatura, era más alto que yo por casi dos cabezas, su cabello rubio oscuro me recordaba a la arena y sus ojos celeste a las olas, era lo más precioso que pude haber visto, no recordaba que se viera tan bien en esas pequeñas fotos de menos de un módulo en las páginas de nuestro periódico local.
Una pequeña barba acompañaba su sonrisa perfecta, lucia como una estrella de cine.
-Es un gusto, Leah.
-El gusto es mío...-ladee mi cabeza, dudando como llamarle, en mi cabeza figuraban miles de formas, unas un tanto más inadecuadas que otras, si saben a qué me refiero.
-Thomas, puedes llamarme por mi nombre Leah, no te llevo más de una década- reímos y estrechamos las manos. Justo cuando pensé que esto no podría ser más incómodo, estrechando manos con mi jefe, mientras fantaseo con él, se aproximó a mí y beso mi mejilla a forma de saludo, no pude evitar tornarme de color rojo entera por segunda vez debido a su cercanía.
Nos separamos y empezó a darme un recorrido por el estudio, el armario de limpieza, la habitación para sesiones fotográficas situado en la parte superior, el armario de revelado y lo demás. El lugar era tan vintage que podría toarme mil fotos y subirlas a mi Tumblr para aumentar mis seguidores, a Thomas le parecía increíble lo retro, como él dijo, "me gusta poder recordar el pasado e imaginarme que soy un fotógrafo de esas épocas en que las personas en realidad conversaban en las citas, ahora la juventud a penas y conversa, si no están metidos en sus teléfonos están metidos en una cama" a lo cual reí, era muy cierto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Bien Leah, voy a pagarte $10 la hora y vendrás todos los días a las 8:40 de la mañana- agradecí mentalmente que no tendría que madrugar tanto y creo que lo noto porque soltó una pequeña risa ¿burlona?- tendrás que traer tu laptop y cámara, aunque tengo bastante equipo aquí quiero que te manejes con el tuyo- desvió su mirada y empezó a hacer un ruido con la boca en señal de concentración, absolutamente tierno y caliente.
-Gracias por esta gran oportunidad, Thomas- su nombre salió de mi de una forma nerviosa y especial, era algo nuevo, mis hormonas revolucionadas y el siendo tan atento.
-No es nada, nos vemos el lunes.
Alargue mi sonrisa, vaya que así quería que fuera.