Mire por onceaba vez a su dirección. Desde donde me encontraba, su espalda se hacia cada vez mas irresistible para mi. Bufe y voltee para pagar nuestro almuerzo que según el compartiríamos sin interrupciones para conocernos felizmente... Estupideces, el idiota lleva charlando media hora por teléfono y lo peor de todo es que se encuentra fuera de la pizzería, evitando que yo escuchara su conversación.
- Señorita, su tarjeta ha sido rechazada.- con mis mejillas rojas de la vergüenza, alzo la cara para ver al cajero.- desea que la vuelva a pasar.- negué rápidamente y tome bruscamente la tarjeta de su mano.
- Veras, mi novio esta afuera y es el quien va a pagar, podrías...- le mire con la mirada mas coqueta que tengo.- entregarme la pizza, mientras le digo que venga a pagar.
- Lo siento señorita, pero las reglas del loca...- le interrumpí:- es boxeador y créeme que a nadie le gusta cuando se molesta, hasta es capaz de pegarm...- el chico asustado me entrego mi almuerzo junto a una nota que contenía el monto a pagar.- muchas gracias, me has salvado.
Abrí la puerta con mi codo, mientras sostenía con ambas manos la pizza y con confianza me acerque a el chico mas... idiota que haya conocido, seguía dándome la espalda, parecía estar escuchando atentamente al otro lado de la línea.
Con sumo cuidado, puse la nota pisada con la punta de su casco en la moto; tome el camino mas largo a casa para distraerme con mis alocados pensamientos, cierro los ojos y maldigo mil y un veces, va a empezar a llover. Gire mi vista al parque que estaba a unos metros de mi y sin dudarlo corrí hasta la pequeña casilla techada para picnic.
Sonreí con la boca llena al probar el primer bocado de la pizza, acurruque mis piernas mas cerca de mi torso para no caerme de la pequeña mesa, seguí comiendo la mitad de la pizza familiar hasta que sentí que mi estomago explotaría en miles de pedazos, cerré los ojos por un momento para sentir la fría brisa que anunciaba la llegada de una llovizna por horas... era hora de ir a casa.
Conseguía ver mi casa de lejos, seguí caminando hasta que escuche que gritaban mi nombre, seque mis ojos un poco dado que estaba completamente empapada por la lluvia, por su forma de caminar supe que era una chica, al acercarse mas la pude distinguir era kim.
- ¿Que quieres?.- pregunte con voz ronca a lo que ella carcajeo con malicia:- me has destrozado imbécil.- di dos pasos atrás por su cercanía, llevaba más o menos dos horas caminando y la lluvia no ayudaba mucho a mis pulmones.
- Kim, no tengo tiempo para juegos.- gruñi y reacomode mi capucha.- si quieres decir algún otro insulto, aprovecha que no tengo guardaespaldas.- carcajee sobre mi propio chiste.
- Tu me has dañado... nos has dañado a ambos.- mire sus ojos acuosos, podía sentir pena pero eso era un simple sentimiento basura comparado a lo que sentí.
- Me estas jodiendo ¿cierto?.- pase mis manos sobre mi rostro incrédula.- espero que sea una de tus niñadas de broma kimberly, mi tiempo es muy valioso, ahora con permiso.- empuje su hombro con el mío y seguí mi camino, aun a lo lejos escuchaba sus sollozos e insultos.
La punzada en mi pecho volvió pero mas fuerte debido a los recuerdos, las lágrimas negras empezaban a brotar de mis ojos... tengo miedo.
Corrí hasta mi puerta y la abrí de golpe sin dudarlo, camine agitadamente hasta el comedor donde sin esperarse se encontraban mi madre, mi abuela y Fernando, todos me miraron sorprendidos.
- Pero que ocurrió, cariño.- chillo mi abuela acercándose a mi, me abrazo sin importarle lo empapada que me encuentro.- pensamos que llegabas tarde a la cena familiar por tu tan conocida rebeldía, ¿Qué ocurrió?.- cerre los ojos en un intento de calmar mi llanto, los temblores en mi cuerpo empezaban a ser cada vez mas fuertes.
ESTÁS LEYENDO
Unbreakeable Skins
Romanceuna chica frágil detrás de una mascara de chica ruda un chico rudo detrás de una mascara de chico rudo... bueno en realidad algo en común deben de tener. ambos fueron a la misma fiesta, ambos atacan a la misma presa y ambos dicen estar rotos...