19/3/2016

24 0 0
                                    

Día de partido

Esta hoja originalmente iba a ser completamente escrita, pero debido a que es lo último que voy a subir, va a ser narrada, así como una recompensa...

Narra Sofia Aguirre

Los nervios, que se manifestaban como revoloteos en mi estómago, estaban presentes, e iban en aumento a la vez que nos acercábamos a la dirección anotada en mi teléfono.

Mi madre, quien era la que conducía, estacionó en doble fila al frente de una gran casa de dos pisos. En la entrada se encontraba Flor, vistiendo el uniforme del club, y con la palera colgando del hombro.

Ella se despidió del que parecía ser su padre y se subió a la parte trasera del auto en el que nos encontrábamos con mi madre.

Nos saludó cordialmente, a lo que yo le respondí con un tono de voz bajo y dominado por la inseguridad.
Esa chica lograba inexplicablemente ese efecto en mí.

El trayecto hacia las canchas en las que íbamos a jugar transcurrió en silencio por parte de las tres. Por el rabillo del ojo pude ver que Flor se la pasó todo el camino con la vista en su iPhone 6 Plus.

Al llegar a nuestro destino ella nos agradeció por haberla alcanzado, lo que llenó de un extraño orgullo mi pecho.

Ahí estábamos las dos, frente a una gran cancha de pasto sintético, a una izquierda se encontraban mis otras compañeras de la "b", y la derecha se levantaban dos enormes tribunas -bastantes percudidas, a decir verdad- en las que se podían observar pequeños y dispersados grupos de gente, esperando por el comienzo del que sería nuestro primer partido de la temporada, y el primero de todos mío.

Cuando llegamos al lado de mis compañeras y entrenadora nos dedicamos a saludar a cada una de ellas. Ahí nos separamos, ella con sus amigas por un lado y yo por el mío con las mías.

Las chicas del equipo contrario se veían y eran muy buenas, no me sorprendió que ellas salieran primeras el año pasado.

Mientras Flor se paseaba en top deportivo antes del partido mi vista traviesa se desvió un par de veces a su abdomen, como odiaba cuando me pasaba eso...

...

Hoja del diario

Hoy tuvimos el partido, me pusieron en una posición que no me favorecía, por lo que jugué bastante mal, y eso no ayudo en nuestro feo rendimiento en general. Sin dar más vueltas, terminamos nueve a cero.

Nuestra profesora Sabrina, que a su vez es la encargada de nuestra división, es decir la "b", no daba mas de la indignación. Y se notaba lo contenida de decirnos cosas que estaba. Ella es joven, tal vez tenga 25, y siempre goza de alegría y buena onda, pero hoy la volvimos loca.

Lo único bueno de la jornada fue llevar a Flor hasta las canchas en las que jugamos, no pasó nada interesante, pero una extraña sensación de orgullo se apoderó de mí cuando la escuche decir un amable "gracias" de su parte.

---
Gracias por todo.

Amarte me confunde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora