The Legend of Zelda: El Diario de Zelda

Capitulo 4

Al ver que ya tenia la pieza faltante de su corona, ella se vio forzada a continuar con la ceremonia, pues se sentía un poco nerviosa y angustiada (más que nada por saber cuál sera ese futuro prometedor que su padre le dará al colocarse la corona y de que si ese futuro contendrá a Link como esposo), pero; aun así, coloca en la corona la pieza y la devuelve a su pedestal.

En ese instante también me pide que prepare el discurso que diré en favor a ella, ya que a mi parecer, se quería transformar en la nueva protectora de su reino (transformando su deseo en una misión de búsqueda y rescate), de la que ahora tendría que defender hasta su ultimo aliento.

Luego de que todo se calmara, Ruto regresa al pedestal y comienza a tranquilizar al resto de los Zoras que aún buscaban la piedra, que al escucharla, se paralizan uno a uno, pero llenos de alegría por saber de que la ceremonia continuaría como se planteó desde un principio: "Cálmense súbditos de mi padre y actual rey Zora, ya que todo ha regresado a la normalidad. Ya se ha encontrado la pieza faltante de la corona, la cual me transformará en la nueva jefa de este reino; el cual se ha logrado salvar, gracias a mi oportuna intervención".

Cada una de las palabras que salían de la boca de Ruto se hacían tan creíbles como las que la hada del poso me relató; ya que, sin querer queriendo, le hace una promesa de amor hacia Link al entregarle la joya más importante de su reino (la cual utilizaría conjuntamente con las dos restantes y mi ocarina como la llave para tomar la "espada que destruye al mal"); y por ello, necesitaba saber el porqué de lo ocurrido con su padre y de lo importante que es para el Gerudo esa piedra.

Aún con la interrupción del momento clave de la ceremonia, ellos no sentían que yo me había entrometido (hasta el punto el cual llegara a destruirla) pero; luego de que llegaron a recuperar la calma y; con ayuda de las dos princesas de estos reinos amigos y cercanos entre sí (y que en el pasado eran para ambos unos reinos completamente desconocidos), vieron con continuar el cambio de mando; en el que me involucraba y, que (además de hacerlo a voluntad) me serviría para contarle a Ruto sobre la promesa que me aceptó después de mi interrupción.

Mientras reordenaban a todos para continuar con la ceremonia, yo alcé la mirada hacia el arcoíris; que en ese momento, se veía con dos Zoras de similar tamaño al de Ruto en la zona más alta que; desde que hace un buen tiempo, estaban apuntando con la mirada a la cima de la cascada, en la que otro Zora, con la gema que encontramos en mano. Me imaginaba de que en el momento de la coronación, ella caería hasta el punto en que las dos partes de la corona se unieran; lo que para mí sería hermoso y a la vez increíble.

Suponiendo de que toda esta mala pasada ya se había terminado (por así decirlo); le pregunte a Ruto si es que ya podía recitar el discurso acordado y; tras afirmarme con el movimiento de su cabeza, me ubico en el lugar tal cual sería el que ella me acondicionó. Era frente al árbol más cercano a su público, el cual se acomodaba en una especie de media luna; la cual esta se abriría formando cuatro filas perpendiculares al pedestal, dejando un pequeño espacio entre dos de ellas, las que me permitirían entregarle a la nueva líder de los Zoras su corona.