Albina- Rulexby

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-¡Hijo de puta, ven aquí!

Mierda, ¿no se suponía que él estaba dormido?; ¿qué querrá ahora?

Fuck.

Espero no haber hecho algo malo; en ese caso estaré en un gran problema.

...

A lo mejor si finjo no estar se olvida...

-¡RUBÉN!

Nope, a lo mejor no.

... Bueno, será mejor que vaya a ver qué le ocurre, no quiero que me mate la próxima vez que me vea.

Me levanto del sofá de un salto para dirigirme a la habitación. Espero que sea algo que pueda resolver fácil, no como aquella vez...

-... ¿Hablas en serio?

-¿Te parece que no lo hago?

-¿Pero dónde cojones se supone que voy a conseguir galletas a estas horas?, ¡son las dos de la madrugada y aparte está diluviando afuera!

-Es tu problema.

-Pero...

-¿Vas a decirle que no a tu hijo?

-...

-Anda, tío, busca el paraguas; y más te vale no hacerme esperar.

A veces pienso que no hace más que aprovecharse de mí, pero ¿qué puedo hacer al respecto? Sólo me queda aguantarle y esperar a cobrar mi venganza...

Pero, por ahora:

-Alex, mi amor- respondo con tono exageradamente meloso, asomándome un poco por la puerta y dedicándole una sonrisa entre falsa y sarcástica- ¿Qué ocurre, pequeño?

Él me mira con cara de mala leche y suspira profundo, observándome muy fijamente desde mi cama.

-Tú, tío; ven a calmar a esta adorable cosita, se niega a dejarme dormir- resopla fastidiado, acostándose de costado y quejándose de nuevo- Joder, me duele le espalda.

Camino hacia él, y quitando una almohada del borde de la cama me siento a su lado.

-Normal. Es decir, estás tan...- su mirada me comunica que si lo digo me asesina ahí mismo-... redondo.

Suelta un gruñido, que parece una risa mal hecha y cierra de nuevo los ojos.

-Tú, ¿quieres dejar de decir estupideces de una vez?

No puedo evitar reír ante lo que dice, y acto seguido, me dejo caer pesadamente de espaldas en el lecho, haciéndole saltar bruscamente.

-¡Gilipollas!- chilla furioso, y yo no hago más que soltar una carcajada. Al menos hasta que una patada en el tórax me obliga a parar de reír.

-Ay, ay- me quejo adolorido, pasando la mano por mi torso para aliviar el golpe. Pero igual, no dejo de sonreír mientras le miro.

Me mira con fastidio, antes de liberar un bufido y se recuesta boca arriba, cubriéndose la vista con el antebrazo derecho.

-Mierda, quiero dormir- se lamenta exasperado, soltando un sollozo. Bueno, ya me dio pena; vamos a calmar a la criaturita rebelde.

-Bien, parece que alguien anda muy feliz por aquí- digo jocoso, apoyando ambas manos en su vientre, y de inmediato siento los muy marcados movimientos bajo mis palmas. Cuánto ánimo se trae el frijolito este- Te dije que tantas chucherías le pondrían así.

Pedidos- Youtubers MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora