Noche fría... Noche silenciosa...

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No estaba segura si era lo más conveniente seguir despierta ella era mi consuelo a estas noches de soledad, no podía entender como el hombre que decía ser el amor de mi vida lo había pillado con otra chica, era muy inteligente como para reprocharselo decidí apartarme y no volver a creer en el amor.
- Señorita Granger no piensa ir a casa el día de hoy.
El me saco de mis pensamientos últimamente le podía hablar sin que me pareciera odioso, por alguna razón me sentía mejor con su compañía.
-No profesor sólo terminaba la información para Harry.
- Dígale a su jefe que no se le pase la mano con usted, sólo el se queda con el crédito de la investigación.
-Profesor sabe que no es así.
La verdad era otra, Harry se había puesto del lado de Ron después de nuestra ruptura.
- Granger no puede permitir siga esto así le doy a la de 10 para salir.
Esta chica se había vuelto mi única amiga y no tenía ningún sentimiento,tal vez amistad pero que estoy pensando, yo no podría tener amigos.
- Profesor que piensa, vámonos de aquí.
-Claro Granger es hora.
No me moleste en seguir pensando en ella sólo, revoloteba en mi cabeza la palabra amigos.
- Profesor que serio está, algo le paso?

Llevábamos semanas acompañandonos para que la soledad no fuera tan absorvente tal vez era hora de poder decir que éramos amigos.
-Granger no se ha percatado que de cierto modo somos amigos.
Escuche la palabra amigos y pareciera que nuestros cerebros estuviesen conectados, fue cuando levante la mirada y vi esos ojos con un brillo diferente,durante toda mi estancia en Hogwarts no lo había visto así.
-Si creo que somos una especie de amigos ermitaños.
-Entonces es hora de llamarnos por nuestro nombre.
-Si Profeso... esta bien Severus.
-Así debe ser Hermione,le parece si nos vamos de aquí y buscamos algo para cenar.
Me llevo a un restaurante muggle el cual era algo rústico, me sorprendió le gustase la pizza a la leña.
-Todo está delicioso.
Algo me hacía confiar en ella no sabía si era por la comunicación que teníamos, la mirada era nuestra mejor herramienta.
-Que bueno le guste, recuerde la llevare a su casa.
Pase por la mejor velada en meses y me sentía de un modo raro feliz, mis noches silenciosas tomaban un nuevo rumbo.

Miradas CruzdasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora