¡Auch! Mi ego...

9 0 0
                                    

_¿Qué demonios?

Alexis permaneció de pie, inerte. Frente a ella se erguía la figura del mismísimo idiota que había compartido con ella el vuelo de la mañana. Incrédula, apretó los ojos con fuerza esperando que al abrirlos su bella imagen se hubiese esfumado. Pero aquello no sucedió. Parpadeó unas cuantas veces más hasta cerciorarse de que, efectivamente, lo que sus ojos percibían era nada más y nada menos que la pura realidad. Demonios. El muchacho, al igual que en el avión, llevaba un elegante traje negro y la melena algo rebelde, y en su cabeza revolotearon nuevamente ciertas alabanzas hacia su aspecto físico que censuró rápidamente.

_¿Qué haces aquí? -inquirió frunciendo el ceño.

_¿Qué haces tú aquí? -retrucó el rubio haciendo énfasis en la palabra .

_¿Disculpa?

_Vivo aquí. Si con eso respondo a tu pregunta... -concluyó él con una cuota de molestia en su voz.

Lexie abrió la boca para contestar, pero nada salió de ella. Estaba pasmada, ¿su arrogante compañero de vuelo sería también su compañero de hotel? ¿No había sido tortura suficiente el haber tenido que compartir con él un vuelo de diez horas? Maldición. De repente, Ben apareció junto a ellos proveniente del baño de hombres y, al notar su presencia, el muchacho de cabellos alborotados lo abrazó casi de forma brutal, dándole unas cuantas palmadas en la espalda.

_¡Hey, bro! -exclamó siendo retribuido con una enorme sonrisa y algunos golpecitos.

¡¿Bro?! Para ese entonces Alexis ya estaba todo lo desconcertada que se puede estar, ¿qué demonios ocurría allí?

_Lamento haber llegado tarde -dijo el rubio una vez concluido el saludo- la transferencia de mi nuevo coche se ha demorado un poco, ya sabes como es... Pero, ya que estoy aquí, ¿qué tal si me presentas a la afortunada?

Ben se colocó sonriente detrás de Alexis y enredó con ternura los brazos alrededor de su vientre, agachándose hasta apoyar el mentón en su hombro.

_De hecho, la estás mirando ahora -contestó entonces con orgullo sobresaliente en la voz.

Él levantó las cejas con sorpresa, atónito. Su boca se transformó en una línea recta y volvió a observar a Lexie, quién le sonrió con visible falsedad en el rostro, casi irónica.

_¿ELLA es tu nueva novia?

_Así es -se apresuró a responder Alexis aún con esa expresión en el rostro.

Se lo estaba disfrutando. No le hacía ninguna gracia la idea de tenerlo cerca durante los siguientes meses, pero el preciso instante en que la incomodidad inundó sus facciones perfectas le resultó meramente satisfactorio. Al igual que ella, el apuesto adulto joven no acostumbraba a incomodarse bajo casi ninguna circunstancia. Pero allí estaba, mudo, al borde de ruborizarse. Lexie fue quien se regodeó esta vez, sintiéndose victoriosa y en parte cobrándose el haberse sentido igual de intimidada esa misma mañana.

_¿Ustedes ya se conocieron? -preguntó Ben algo confundido ante la actitud de ambos.

_Claro que no -el otro hombre contestó sin más.

Alexis arqueó amenazantemente una ceja, pero no objetó. No aún.

_En ese caso -agregó Benjamin tragándose las palabras de su interlocutor- Lexie, él es Liam, hijo del socio de mi padre y también mi mejor amigo. Acaba de regresar de una pequeña escapada a América -ella sólo asintió- Liam, Lexie es mi novia, la mujer de la que te he estado hablando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 28, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora