Un reflejo de ti

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Capítulo 1: Sólo... quiero que no me mates

Incapaz de soportar un solo golpe más, me dejé caer en el suelo, con la vista nublada a causa de las lágrimas. Mi llanto de súplica pasó a ser una melodía de segundo plano y se perdía en la inmensidad de aquella fabrica mugrienta y abandonada. Nadie se molestó en hacerme callar. 

 La  HK-USP había soltado algún que otro disparo y mi temor había llegado a lo más alto. No se andaban con tonterías. 

Tan torpe como lo era en aquél momento, me tapé la cara con ambas manos, sin prestar atención a la cantidad de polvo que yacían en ellas. Intentaba protegerme de algo que no entendía. Los gritos de aquella gente se intensificaban por momentos, igual que un altavoz alcanzando su tope y cada vez veía mi vida un poco más corta.

- ¡Coge a la puta chica! ¡Sawyer, cógela, joder! –gritó Alex, sin sacar la pistola del cuerpo del otro chico.

Sawyer corrió hacia mí, y con una agilidad increíble me dejó caer en su hombro, llevándome dónde estaba sucediendo todo aquello.

Nadie había bajado la pistola, justo al contrario. Todos los dedos se tensaron al gatillo dispuestos a amenazar con balas.

- Hasta que no la sueltes no voy a hacer nada, Sawyer –masculló el otro chico, mirándome con una furia exagerada. 

Era como si detrás de toda esa ira se escondiera el ligero reflejo de una preocupación que no podía expresar. Eran dos ojos verdes que me miraban con asco y lástima al mismo tiempo. Me revolvía el estómago si estaba más de tres segundos mirándolos.

- ¿Ahora eres un héroe? –se divirtió él soltando una sonora y estridente carcajada -. Eso de salvar a la chica ya no se lleva. 

Sawyer me dejó caer al suelo, y del impacto mi cabeza rebotó contra el asfalto de gravilla que envolvía el recinto, haciendo que me golpeara descaradamente contra él. Gemí en silencio, ni me molesté en levantarme, sólo quería desaparecer.

- ¡No tiene nada que ver! Hijo de puta, estás poniendo en peligro una vida que no tiene nada que ver con la mía, ¿qué puta profesionalidad es esta? ¡Avan joder! No quedamos en esto - señaló todo el desastre que le envolvía - se supone que este no era el plan. Y que te quieras cargar a una chica lo empeora con ganas imbécil –exigió un chico desconocido que pareció salir de la nada. 

Cubierto de polvo, y acompañando los pasos del compás de su respiración agitada se plantó como si su presencia fuera más importante que los demás. Por un segundo reinó el silencio, después pareció que el caos volvía a engullir todos los metros cuadrados. 

Los chicos que estaban detrás de él, se miraron entre ellos, como si tuvieran algún tipo de plan previsto para esta situación. No parecían sorprendidos. Solamente agotados. Pero se movían con una maestría espeluznante. Se movían igual que lo haría alguien con experiencia en un mundo tan oscuro. 

-  Sólo... - balbuceé  – no me matéis.

Rompí a llorar en silencio, lejos de querer que esa pandilla supiera que era un rehén llorica. Me aguanté los suspiros como pude y clavé la vista al suelo esperando un milagro. 

De repente. como si me hubiera escuchado las pregarias, el chico con el pelo de color rubio ceniza que se había plantado allí en medio, corrió hacia mí y me cubrió con su espalda. Con un gesto autoritario hizo que  uno de sus chicos avanzó hasta Avan. Él, sorprendido por la inesperada actuación, apuntó al chico que me cubría con la pistola.

Desesperada, me aferré con fuerza a su espalda, escondiendo la cabeza debajo de ella.

-      -  ¡Justin la mataré si no sales, no me cuesta nada! –se pausó un par de segundos – Sabes que no me cuesta nada... lo sabes.

Aquél chico, que contenía más ira de la que había visto en toda mi vida, se zafó de mi agarré y corrió hacia él, lanzándose a su cuello como si nada. Avan, sorprendido por aquel ataque, forcejeó debajo de él, hasta hincarle uno de sus puños en el estómago. El chico, sin hacer caso al golpe recibido, clavó las manos en el cuello de Avan, limitándole la respiración.

-      - ¡Ese tema no tenía que salir! ¡Mierda! –le gritó en la cara, con los nudillos totalmente blancos de tanto apretar.

Sawyer y los otros dos chicos corrieron a ayudar a Avan, pero los chicos que iban con aquél Justin, levantaron las pistolas hasta inmovilizarlos. Incliné la cabeza para levantar y escaparme de allí, pero un disparo pasó a pocos metros de mi cuerpo, aterrizando con furia en el cuerpo de Sawyer, que automáticamente cayó desplumado y sin vida.

Justin se tomó su tiempo para reír de aquello, y volvió a acercarse a Avan.

-       - Aquí las cosas van así. Mundo de mierda, resultados de mierda. Tú lo sabes bien, o al menos deberías saberlo –apretó con la pistola contra sus costillas, y Avan ahogó un sonoro gemido – porque tú eres el causante de todo. Te dije que no quería volver a pasar por esto, y hoy casi matas a una chica sin motivo alguno –hundió un poco más su pistola, y sus ojos oscurecieron tanto como podían.

Mi cuerpo semidesnudo y cubierto de heridas superficiales no dejaba de temblar, y la sensación de pesadez en mis ojos me impidió tener más tiempo la cabeza levantada.

-      -  Está pálida –alguien murmuró.

Un chico que supuse que iba con Justin, se quitó su chaqueta de cuero y la dejó caer, poniéndome aquello como manta. Interiormente lo agradecí, pero en aquél momento no podía hacer más que soltar lágrimas.

Justin se volteó para mirarme, sin dejar a Avan la oportunidad de salir de allí. Volvió a centrarse en él, y mirándolo, con una historia desconocida detrás de su oscura mirada, estampó su puño en su mano. Una y otra vez, hasta que su saliva se tiñó de rojo. Justin, también salpicado con la sangre, clavó sus manos en el jersey de Avan.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2020 ⏰

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