« Bola de pelos »

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08:00 am.

Kuroko se había levantado temprano ese día sábado ya que tenía que recoger algo importante.
Tomó un chaleco de color gris de lana y salió de la habitación sin hacer ningún ruido, una vez fuera del cuarto se dirigió a la entrada de la casa para tomar las llaves que estaban colgadas y salir al ascensor.
Una vez en el primer piso fue hacia la recepción de registros,donde entregaban paquetes o se inscribían los del campus.

- Esto..¿Dejaron a un perro de casualidad? - Cuestionó el muchacho en lo que dejaba sus brazos reposar en el mesón del escritorio. La chica que atendía se sobresaltó llegando a dar un pequeño grito por no a ver visto al de ojos claros.

- Ah! , ¿un perro?, si lo trajeron hace unos minutos. Esta durmiendo en ese sofá, le intente bajar pero no hace caso. - Señaló con su dedo índice la chica hacia un sofá rojo que estaba en un rincón, su vista de nuevo se fue hacia aquel muchacho - Se parecen..el perro es lindo y el dueño también - murmuró la castaña en lo que enrollaba un mechón de su pelo comenzando a jugar con este de forma coqueta - Gracias. - Dicho esto Tetsuya se fue donde su peludo amigo para darle caricias en la cabeza, este despertó enseguida y se abalanzó sobre su dueño dejando sus patas en sus hombros dandole lamidas en la mejilla - Hora de irnos Nigou - tomo las patas del canino, las regreso al sofá dandole una señal para que bajara y le siguiera. Fueron nuevamente donde la chica para despedirse - Gracias, nos vemos. - El perro ladró - Cuando quieras lindo - decía alegremente en lo que agitaba su mano en modo de despedida.

Subieron al departamento, se abrió la puerta y el primero en pasar fue el animalito, Tetsu entro después , se dedido a mirar a su pequeño acompañante había cambiado. Ya no era el pequeño cachorro como cuando el estaba en Seirin, ahora era más grande, ya no podía cargarlo como siempre, su camiseta de basket tampoco le quedaba por lo cual ahora solo usaba una pañoleta celeste, todo era diferente ahora.

10:30 am

Tetsuya tras levantarse temprano y con saber que era un día libre, nuevamente fue a dormir pero esta vez con Nigou, ambos en el suelo recostando su cabeza en el estomago de su peludo amigo quien ya dormía profundamente.

- Kya!, que lindo..- Soltó un gritó Momoi pero enseguida se llevo las manos a su boca, como también saco su móvil comenzando a fotografiar al amor de su vida.
Salió corriendo en busca de cierto ojos miel - Ki-chan!,ki-chan!,ven!,ven!- llamaba una y otra vez dando pequeños saltos desde la puerta de la habitación - Momoicchi..¿que sucede? - Cuestionaba un adormilado rubio tallandose los ojos y retirando un par de cabellos que estaban cerca de sus ojos - Tetsu-kun duerme con Nigou en el piso!, se ven tan lindos! - con solo decir eso tanto el rubio como la rosada salieron corriendo hacia la sala de estar, donde sacaron fotografías de los dos durmientes.
Nigou comenzó a despertar con tanto sonido de cámara y pequeños gritos agudos, al moverse desperto a su dueño quien bostezo y restregó uno de sus ojos - Buenos días kise-kun, Momoi-san - ambos movian su mano saludándole, aunque Ryouta ya tenía un hilo de sangre en la nariz por lo lindo que se veía Tetsu según él - ¿Enserio tragiste a Nigou? - Cuestionó el de ojos miel para acercarse a acariciar al animal.
En ese momento apareció Murasakibara con una barra de chocolate - Oh, un perro..- murmuró acercandose al siberiano de ojos claros y sacando un pedazo de chocolate extendiéndolo al hocico del animal - Atsushi no seas idiota los perros no pueden comer eso, les hace mal.- Hizo su aparición un chico de gafas con un búho de ceramica en su mano izquierda - Ese es tu nuevo Lucky Item Shin-chan - llego también al salón un azabache quien abrazo al tsundere por la espalda causando que apareciera un tenue sonrojo en sus mejillas - No me gusta ese perro,el orino mi carreta - acusó al siberiano de lo que sucedió hace cinco años al final del partido - Midorima-kun Nigou era más pequeño, ahora esta grande y no se orina - Defendía a su mascota el más bajo de los chicos - Tetsuya, si el vivirá aquí no quiero ningún desastre. - el emperador absoluto habló y como respuesta tuvo un asentimiento - Si, Akashi-kun -

- Oye tetsu, ¿le enseñaste a jugar baloncesto? - Hablaba en un tono divertido el ojos azules que había recién despertado y estuvo unos segundos escuchando la conversación que tenían todos sobre el perro - Puede robar el balón Aomine-kun - El canino se sentó en lo que bostezaba mirando a los presentes - Oh! kagamicchi..¿ya quiere a número dos? - Preguntó el modelo mirando a su bajo amigo, pues recordaba que al tigre no le gustaban mucho los perros. - Quiere algo a Nigou pero aún.. - No alcanzó a terminar de hablar porque -Kuroko!¿Que hace esa bola de pelos aquí?!, pensé que no lo traerias - El gran y poderoso tigre no se movió, se quedó al lado de una pared lejos de aquella bola como el decía - Kagami-kun, dije que no lo traería el primer día pero ahora si ya que pasaron un par de días - El fantasma se acercó a su luz y le tomó de la muñeca integrándolo pero al hacer eso el siberiano saltó sobre el haciendo que quedará sentado para llenarle la cara de lamidas de amor - Nigou!, alejate pulgoso! - gritaba el tigre tomando al canino para poder quitárselo de encima - Lo bañe antes de venir aquí Kagami-kun, él esta limpió - El de mirada inexpresiva se quedó sentado esta vez en el sofá observando la divertida escena - Kagami, eres un llorón - El moreno soltó una carcajada sonora extrañando a la mayoría pero que no evitó que todos comenzaran a reír de igual forma.
Era chistoso, un gran y poderoso tigre siendo asustado por un perro siberiano.

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