El diario de una Guardaespaldas

CAPITULO II

CAPITULO II

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Querido Diario, hoy ha sido un día muy agotador, pensé que este viernes iba a ser mas divertido, pensé que pasaría algo especial, pero nada...

Estoy pensando en renunciar, entrar a la uní de nuevo y estudiar administración de empresas o dedicarme a algo mas donde pueda tener tiempo para mi, mi familia y mis amigos; ademas aun puedo estudiar mas, apenas tengo 23 años, pienso que me sobra suficiente vida para hacer lo que se me venga en gana.

Derrepente la prometida del señor Jepsen " Rowina" ha salido disparada del restaurante, parecia estar furiosa, sus mejillas estaban rojas como tomates y fruncía el ceño como loca.

-¡Rowina amor, espera!-gritaba el señor Jepsen mientras salía del restaurant.

-No quiero que me llames, ni quiero que te entrometas mas en mi vida.-dijo la señora Jepsen muy furiosa. Se subió al auto sin esperar a que el chofer le abriera la puerta.

Danielle se acerco a la puerta, apoyo sus brazos musculosos a los vidrios del auto y le rogaba que no se fuera. -Rowina Arthur, mi amor por favor, es una estupidez que decidas irte por esa tonteria.

-¡Taylor! Por favor conduce.-esas fueron las ultimas palabras de Rowina antes de irse.

El señor Jepsen se veía sin fuerza, desolado, tirado en el piso, estaba lleno de rabia, parecía haber discutido con la señora por una estupidez. Decidí mandarle un mensaje en WhatsApp para ver si quería que me le acercara.

Señor Jepsen ¿se encuentra bien?

06:30 PM ✅/

Acércate, por favor... 😒

06:35 PM

Estaba tirado en el suelo, nunca lo había visto así, al parecer estaba rabioso y desepcionado, tenia los puños presionados en el piso.

-¿Señor...?-susurre mientras apoyaba bien mis botas en la yerba tras de el.-¿Se encuentra bien?

-Solo quisiera que me acompañe a terminar la cena.-me dijo mientras se para del suelo.

-¡De acuerdo! Haré lo que sea con tal de que se le cambie la cara.-mostró una pequeña sonrisa y entramos.

No lo puedo negar el restaurant era muy lindo.

-Quiero otra mesa para dos, por favor.-dijo con un tono de voz suave y relajado.

-¿Va a cenar?-pregunte, con voz de tonta.

-Vamos a cenar-me respondió con su suave voz de caida.

-Uhh... Ehh... Señor pero yo...

-Dijiste que harías cualquier cosa para que cambie mi animo, así que ven acompañame.- me dijo mientras se dirigía a unas de las mesas del fondo.

Todo era lindo las mesas y sillas estaban forradas de un color hueso con diseños cremas y velas largas rojas, en el techo había unas lamparas antiguas hermosas con diamantes rojos y blancos, todas las personas de aquel lugar eran finas, de clase, todos tenían una postura derecha, peinados y vestimenta que con tan solo mirarlos sabias que podrían salir diamantes de ellos en ese momento.

-Stuart, tome asiento por favor.-me interrumpió de mis pensamientos el señor jepsen mientras me sacaba la sillas de la mesa para sentarme.

-Oh... Este... Si, si-tartamudee como una mongola.-

-¿Que va a pedir?

-Bueno... Señor la verdad es que no se...-respondi con timidez.

-A ver Emma, aunque sea por esta noche dime Danielle por favor; olvidemos el trabajo ¿si?

-De acuerdo se... Perdon, Danielle.-sonrei y el me sonrio.

-Y... En cuanto a la cena ¿Que te parece si ordeno yo?

-Ah ¡perfecto!-dije mientras le pasaba el menu.

El restaurante tenia "The Professor" (DAMIEN RAICE) de fondo; me encanta esa cansion, en ese momento creo que las pupilas se me agrandaron de felicidad al escuchar esa cansion, así que empece a cantarla en voz baja.

Note cuado el señor... Bueno mas bien Danielle levanto sus grande ojos color miel asía mi. "Wao... Si que son bellos" me quede embobada con sus ojos, tanto que mi canto en susurro termino en un gran cilencio.

-¿Te gusta la cansion?-me pregunto aun molesto.

-Mas bien, me encanta, adoro todas las canciones de "Damien Raice"-respondí como boba.

-Mmm... Ya veo señora Stuart, ya tenemos algo en conun-me sonrie-Yo tambien adoro las canciones de "Damien Raice"

Ya me esta empezando a caer bien el gran hombre rico este... Después de todo no es ta arrigante... O eso dice mi mente.

-¿Le puedo preguntar algo?-pregunte con timidez, nunca había tenido este tipo de conversaciones, mayormente siempre era "Stuart necesito esto, haz esto, haz lo otro" después ni una sola palabra.

-Señores, aquí esta su cena-interrumpió el camarero, coloco los platos en cada lugar correspondiente, luego sirvió un vino rojo en una copa y en otra sirvió agua, nos dejo la botella de vino en la mesa y se marcho. El señor Jepsen había ordenado unos camarones con vegetales y pechuga de pollo picada en cuadrtos, delicioso...

Danielle no le hizo caso a la cena y me presto atencion.

-Pues... Quería saber que sucedió entre usted y la señora Jepsen...

-Ella ya no es mas la señora ni prometida Jepsen-me interrumpió-le puede decir como sea, menos Jepsen.

-¿Tan grave fue la cosa?-dije asombrada.

-Mas de lo que crees... Pero mejor no hablemos de ese tema en estos nomentos... Quiero hacerme de cuenta que nada ha pasado.-dijo mientras romana el cubierto y el tenedor, corto un pedazo de camaron, y se lo echo a la boca.

-Bueno... De acuerdo.-mi voz fue fría u sin vida, me siento mal por el, pareciera como si no sabe que fuese hacer.

-Come-me ordeno, con un tono de voz suave y frio.

Tome el tenedor y el cuchillo y empece a cortar los trocitos de pechugas y empece a comérmelos lentamente.

-Me desesperas ¿sabes?-menciono y tomo un sorbo de vino.

Uhh... ¿Lo desespero? ¿Y yo que hice ahora...?

Dejo caer el cubierto y el cuchillo que estaban a pocos centímetros del plato y abro mis ojos verdes cono dos bombillas.

-¿Como que lo desespero?

-Si, jajaja, comes muy lento.

-¡Oh Dios! No es para tanto señor.

-Stuart, para ti es Danielle? Nada de señor ni de Jeosen fuera de trabajo ¿de acuerdo?

-¡perfecto!

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Génesis N. Pérez Fleire